El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo el miércoles que el proyecto de ley de pensiones que impulsó sin votación en el parlamento debe implementarse para «fin de año».
Se apega a su decisión de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, a pesar de las protestas masivas.
Macron, quien hizo los comentarios en una entrevista transmitida por la televisión nacional, dijo que el proyecto de ley “continuará su camino democrático”.
El Consejo Constitucional debe revisar el proyecto de ley en las próximas semanas, y solo puede convertirse en ley después de que el organismo dé su aprobación.
Fue la primera vez que Macron habló públicamente desde que su gobierno forzó la aprobación del proyecto de ley de pensiones en el parlamento la semana pasada, usando poderes especiales.
Esta medida extraordinaria desencadenó protestas en todo el país, algunas de las cuales fueron violentas.
Los manifestantes afirman que impulsar el proyecto de ley profundamente impopular en el parlamento era antidemocrático y que hay suficiente dinero para financiar las pensiones, a pesar de que Macron afirma lo contrario.
Las encuestas muestran que el 70% de los franceses se oponen a las reformas.
La ira continúa
Y esas protestas no muestran signos de disminuir.
El miércoles se llevaron a cabo manifestaciones en todo el país y se planearon más para el día siguiente, que ya se ha denominado ‘Jueves Negro’.
En París, los manifestantes tuvieron que abrirse camino a través de calles llenas de basura: una huelga de recolectores de basura en la capital se ha prolongado durante semanas.
Puertos, refinerías de petróleo, gasolineras, transporte y escuelas se han visto afectados en las últimas semanas.
Pero, a pesar de la ira, Macron dijo que está decidido a que las reformas de las pensiones sigan adelante.
“Se los digo con responsabilidad, yo no busco ser reelecto, constitucionalmente no puedo, pero entre las encuestas de opinión y el corto plazo y el interés general del país, yo elijo el interés general del país y si es necesario soportar la impopularidad hoy, la soportaré».
El presidente está convencido de que el sistema de jubilación de Francia debe modificarse para mantener su viabilidad financiera.
