Francia se convirtió el viernes en el último país europeo en retirarse de un controvertido tratado energético, afirmando que no es compatible con el acuerdo climático de París.
El presidente Emmanuel Macron anunció que su país se retiraría del Tratado sobre la Carta de la Energía al margen de la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas.
«Hemos decidido retirarnos del Tratado sobre la Carta de la Energía, primero porque está en línea con las posiciones que hemos tomado, en particular el Acuerdo de París y lo que implica», dijo en una conferencia de prensa.
“La guerra en suelo europeo no debe hacernos olvidar nuestros requisitos climáticos y nuestro imperativo de reducir las emisiones de CO2”, añadió.
El Tratado de la Carta de la Energía se firmó en 1994 y cuenta con más de 50 signatarios, incluida la Unión Europea, y su objetivo es promover la «cooperación internacional en el sector energético».
Pero ha sido criticado por proteger a las empresas de combustibles fósiles de las regulaciones estatales que podrían afectar sus ingresos potenciales.
La empresa energética alemana RWE presentó una demanda contra el gobierno holandés en 2021 por 1.400 millones de euros en daños por la decisión de eliminar el carbón.
Holanda anunció que se retiraría del tratado a principios de esta semana, mientras que España, Polonia y Alemania también planean abandonar el tratado. Italia se retiró del controvertido tratado en 2016.
Se llegó a un acuerdo para enmendar el tratado en junio de 2022, y la Comisión Europea dijo que el tratado modificado «facilitaría inversiones sostenibles en el sector energético».
El ministro holandés de energía y clima, Rob Jetten, dijo que, a pesar de los cambios realizados en el tratado, este seguía «ofreciendo demasiada protección a la industria de los combustibles fósiles».
Martin Dietrich Brauch, economista del Centro de Inversiones Sostenibles de Columbia, dijo que el proceso de reforma del tratado «perdió el blanco en naturaleza, alcance, ambición y velocidad» para abordar el riesgo del tratado para los objetivos climáticos.
La decisión de Macron de retirarse del tratado se produjo después de que el alto consejo sobre el clima de Francia dijera que una salida coordinada sería la «opción menos riesgosa para respetar los compromisos nacionales, europeos e internacionales sobre el clima».
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