junio 15, 2024

Basado en el principio de «Una China», Beijing no permite que ningún país con el que mantiene relaciones diplomáticas desarrolle este tipo de vínculos con Taipei.

La amenaza de China de recuperar Taiwán mediante una acción militar está latente. Taiwán es una isla de 35.980 kilómetros de superficie ubicada en el este de Asia. Tiene su propia Constitución, además de contar con líderes elegidos democráticamente, y 300.000 efectivos activos dentro de sus Fuerzas Armadas.

Taiwán es reconocido como estado sólo por 14 países. En enero de este año, William Lai, vicepresidente de la presidenta Tsai Ing-wen y candidato del Partido Democrático Progresista, ganó las elecciones con el 40% de los votos.

La experta en asuntos internacionales Elsa Cardozo recuerda que, en 1971, tras un larguísimo proceso de negociaciones, la ONU recibió a la República Popular Porcelana como miembro chino de la organización, de la que Taiwán quedó excluido.

“Es una relación compleja porque se mezclan muchos intereses. En cuanto a la relación de EE.UU con Taiwán (oficialmente República de China) es una relación que se mueve desde Estados Unidos bajo el signo de lo que se ha llamado ambigüedad estratégica. Pero, al mismo tiempo, Estados Unidos reconoce a la República Popular China, la China comunista, y es la política de Una China; reconoce el país que gobierna Xi Jinping”, explica Cardozo.

El investigador añade que, con Taiwán, el Gobierno de Joe Biden mantiene una relación de apoyo que se rige por una ley según la cual Estados Unidos reconoce al Gobierno de China y respalda de facto el estatus de Taiwán, «sin calificarlo como el estatus de Taiwán». independencia y oponernos a cualquier cambio unilateral en el estado actual de la relación entre China y Taiwán”.

Cardozo señala que Taiwán se comporta como un Estado independiente, aunque el alcance de su reconocimiento internacional no lo avala.

“Esta ambigüedad, por cierto, también es típica de las relaciones de Europa con Taiwán. En el caso de China, está presente y se ha hecho mucho más visible y manifiesta la intención de reunificar China bajo el mandato de Xi Jinping, quien ha dicho que se reserva el derecho a utilizar la fuerza si fuera necesario», apunta.

El experto afirma que, en los últimos meses, el Gobierno chino ha moderado su presión sobre Taiwán, que se manifestó de muchas formas, siendo las más visibles los sobrevuelos y las violaciones del espacio marítimo y aéreo. Sin embargo, no ha abandonado su discurso y sus amenazas sobre la reunificación.

Afirma que, si Donald Trump gana las elecciones del próximo noviembre, se proyecta un menor interés en Taiwán y una mayor concentración en la República Popular China, “aunque sea para pensar en nuevos aranceles y ejercer presión de diferentes maneras. Pero no parece que Taiwán fuera a ser un foco importante de atención”.

Relación compleja

Por su parte, Rafael Marrero, doctor en economía y experto en geopolítica internacional, asevera que hay una serie de dinámicas y no podemos hablar de una. relaciónimplementar bilateralmente.

Considera que se debe cambiar la política oficial del Gobierno de los Estados Unidos de “una sola China” y se debe proteger el derecho de Taiwán, un aliado estratégico con el que EE.UU. tiene un acuerdo de reciprocidad y protección en caso de agresión.

“La situación en el Indo-Pacífico es cada día más complicada y la débil política exterior de la administración Biden en relación a estas amenazas, en los distintos teatros de operaciones, está complicando la situación”, apunta.

Marrero, autor del libro “América 2.0, la Guerra de Independencia contra China”, destaca que Estados Unidos no ha sido el aliado más consistente de Taiwán.

“Tenemos, por un lado, una dependencia crónica de todos los productos que se fabrican en China, pero también de los semiconductores que se fabrican en Taiwán. Nuestros aviones de combate, las grúas que operan en los puertos, todo eso depende de semiconductores que se fabrican en Asia, específicamente en Taiwán. Entonces, nuestra debilidad ante la amenaza de la República Popular China y el peligro del avance de la amenaza china los envalentona, les da espacio para operar de manera audaz, audaz”, enfatiza el doctor en economía. .

Añade que el único presidente que “se ha desmoronado en los últimos años fue realmente el presidente Trump”.

También indica que la República Popular China está haciendo todos los movimientos estratégicos para justificar una invasión de Taiwán desde el punto de vista legal e incluso ha modificado la Constitución para protegerse.

“Estados Unidos tiene que establecer relaciones diplomáticas con Taiwán porque en el caso del hemisferio occidental, la República Popular China ha implementado una agresiva política exterior de penetración y conquista y ha invertido casi un billón de dólares en infraestructuras”, afirma Marrero.

Afirma que es la política de trampa de deuda: “Al incumplir los pagos de la deuda, se quedan con los puertos, operan instalaciones estratégicas y justifican su instalación en la región”.

Ambivalencia con China

Rafael Marrero explica que en el marco de la relación de Estados Unidos con Taiwán No se puede dejar de lado la presencia constante de China. Señala que, por un lado, está la relación de empresas que tercerizan la producción, que la exportan, como las que fabrican todos los componentes a la República Popular China y que encuentran la manera de obtener ganancias.

Y, por otro lado, los intereses de determinadas administraciones se sitúan en Estados Unidos, «como el del Gobierno Biden, que ciertamente se ha mostrado muy ambivalente en relación con China y con una posición bastante débil ante la amenaza , el peligro chino.»

En ese sentido, señala que recientemente se detectó un globo transitando el espacio aéreo soberano de la república y la administración Biden no había hecho nada al respecto.

“Se conoció que se trataba de un globo espía que transmitía información sobre lugares donde se ubicaban instalaciones militares, algunas de carácter estratégico para los planes estadounidenses. Se sabe que la República Popular China espía a Estados Unidos, roba propiedad intelectual, compite deslealmente y persigue a ciudadanos estadounidenses de origen chino en suelo americano y el Gobierno no hace absolutamente nada”, subraya.

Según el doctor Marrero, los miembros de la primera familia de Estados Unidos “han recibido pagos directos de entidades vinculadas al Partido Comunista Chino y a la República Popular China. No tengo ninguna duda de eso y lo denuncié hace dos años”.

Añade que esto implica un gran compromiso y un conflicto de intereses, “y de ahí su incoherente política exterior”.

Atribuye esta situación a la política…

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