Vladimir Putin se reunió con Alexander Lukashenko por primera vez desde que el líder de Bielorrusia ayudó a negociar un acuerdo para poner fin a un motín de los combatientes de Wagner.
Mientras se sentaba con Putin frente a las cámaras de televisión en San Petersburgo el domingo, Lukashenko afirmó de manera inverosímil que los combatientes de Wagner «están pidiendo ir a Occidente».
Y luego aseguró que le dijeron: “Nos vamos de excursión a Varsovia, a Rzeszow”, refiriéndose a una ciudad polaca a menos de 100 kilómetros de la frontera con Ucrania.
La retórica parece ser una continuación del aumento de las tensiones entre Bielorrusia y su vecino occidental, Polonia.
Bajo el acuerdo de motín, muchos combatientes de Wagner ahora están exiliados en Bielorrusia, donde han sido trasladados cerca de la frontera con Polonia y están realizando ejercicios conjuntos con el ejército bielorruso.
Esto ha llevado a Polonia a trasladar sus tanques y tropas hasta la frontera con Bielorrusia.
Putin ya ha estacionado algunas armas nucleares en Bielorrusia y dijo que cualquier ataque a la antigua República Soviética sería considerado como un ataque a Rusia.
