mayo 2, 2024

El gremio bancario de Villa María presentó ante el Juzgado Cuarto de Nominación Civil de esta ciudad un pedido de desalojo contra el baby club Malvinas Argentinas, que ocupa el inmueble ubicado en la calle Rivadavia, frente al Parque Villa Nueva.

La demanda fue rechazada por el juez Sebastián Monjo, porque “existen dudas sobre la posesión ejercida por ambas partes”, lo que, a juicio del juez, requiere un debate más amplio.

La disputa se origina porque el gremio bancario tiene una escritura del año 2013, en la que la Municipalidad de Villa Nueva le otorga el derecho sobre el terreno de la calle Rivadavia. Por otro lado, el club funciona allí desde el año 2000 para facilitar la práctica del fútbol infantil.

La decisión del juez no fue fácil, porque cada parte tenía su argumento.

Pruebas

El Banco presentó Escritura No. 4, de fecha 8 de febrero de 2013, en la que el entonces alcalde Guillermo Cavagnero y su secretario, Natalio Graglia, firman un convenio con Luis Audelino Juárez (exsecretario general del Banco, ya fallecido) por el cual se otorgan todos los derechos de propiedad, posesión y control de la propiedad se le transfieren a usted.

Hay algo llamativo en esa escritura: el sindicato acepta la donación manifestando que está “en posesión real y material del inmueble”.

Sin embargo, no está demostrado que así sea, dado que se sabe claramente que, desde el año 2000, el club Malvinas tiene la posesión.

Por otro lado, con informes de la Baby League y el área de Empresas Jurídicas de la Provincia, el juez pudo corroborar que la institución deportiva fue fundada el 9 de julio de 1983 y que desde el año 2000 tiene su domicilio en Rivadavia. Calle, con los servicios a nombre de los dirigentes, lo que permite corroborar la posesión.

En 2021 adquieren personería jurídica como “asociación civil”.

El analisis

El juez Monjo no se limitó a considerar aquella escritura de 2013, sino que solicitó más documentación al Municipio, lo que demuestra que este proceso tuvo altibajos, con ordenanzas que transfirieron los lotes y otra que se los quitó a la misma entidad gremial. .

Todo comienza en el año 1985, cuando la Asociación Bancaria lo solicitó al Municipio. Tres años después, el 24 de octubre de 1988, se aprobó una ordenanza autorizando la donación.

Pero, veinte años después, el mismo Concejo Deliberante de Villa Nueva deja sin efecto ese ordenamiento porque el gremio “no ha cumplido con los requisitos y objetivos” y “no ha generado las provisiones necesarias para el mantenimiento y conservación del inmueble, así en el” En los últimos diez años ha sido objeto de permanentes denuncias de vecinos e instituciones debido a la situación de abandono en la que se encuentra el lugar.

Dos años después, el 31 de marzo de 2010, aprobaron otra ordenanza. Esta vez, para reautorizar el acuerdo de cesión de tierras en el que el Banco se comprometió a desarrollar “un proyecto social de gran escala”.

El juez advierte que “no hay pruebas” de que se haya puesto en marcha este proyecto de gran envergadura.

Entonces uno se pregunta por qué el Municipio de Villa Nueva otorgó terrenos que ya estaban ocupados.

En este punto la resolución no ahorra preguntas: “Es relevante señalar que todas las ordenanzas en las que se enajenó el inmueble (comodato, donación, escritura) se realizaron sin contemplar ni prever, ni siquiera mencionar, que fuera ocupado por el Club Malvinas Argentinas”.

En consecuencia, advierte que las leyes municipales autorizaban la celebración de contratos que preveían la entrega de una superficie ya ocupada.

En definitiva, resumió el reclamo del sindicato diciendo que consideran que el club tiene una “ocupación precaria”; pero el club defiende su derecho posesorio porque ocupa el lugar desde hace más de 20 años, tiene servicios a su nombre y, aunque el campo puede no ser un proyecto «de gran envergadura», es un espacio con una función social clave para el club. niños de la comunidad.

Con base en ese análisis, Monjo dijo que el desalojo no fue procedente y que las costas judiciales debían ser pagadas por la parte perdedora, es decir, el gremio bancario.

La propiedad

La disputa es por un terreno de 2.103 metros cuadrados en el que hay dos lotes. En una zona más abandonada es donde había un quincho y una piscina que tenía el Banco. Separadas por un muro construido en 2002, se encuentran las instalaciones del club, que constan del campo, las gradas, los vestuarios, la sala de estar y la cocina, entre otras estancias. Allí practican fútbol un centenar de niños.

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