Once ataúdes envueltos en tela morada, tumbas recién excavadas en la última fila del cementerio de Bucha. En el interior descansan nueve hombres y dos mujeres que murieron durante la ocupación rusa del suburbio de Kyiv en marzo.
Los residentes locales habían enterrado apresuradamente a casi todos los muertos en fosas comunes, ya que los feroces combates no les dejaron otra opción.
Un cuerpo fue encontrado más tarde después de la retirada rusa de la región.
Más de cuatro meses después de que los periodistas de AFP descubrieran 20 cadáveres de civiles en Bucha el 2 de abril, la primera evidencia de crímenes de guerra en Ucrania, las autoridades locales comenzaron a enterrar a los muertos que nadie ha reclamado.
Catorce cuerpos fueron enterrados el martes, y otros 11 lo siguieron el jueves. Mykhailyna Skoryk-Shkarivska, asistente del alcalde de Bucha, dijo a la AFP que estaban previstas otras tres ceremonias.
