mayo 17, 2024

13/09/2022 a las 08:00

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Ir al Allianz nunca fue un buen negocio para el Barça. Ni siquiera en sus días de brillantez. En 2009, con el Pep Team, empató (gol de Keita) tras vencer al Bayern en casa (4-0 en el descanso). En 2015, a las puertas del segundo triplete, Messi las rompió en la ida pero el equipo, aunque consiguió el pase a Berlín, cedió en la vuelta (3-2).

El resto de los casos, mejor ni abrirlos. En esos, esta noche viene Una oportunidad de oro, casi estratégica entre el ocaso del mejor ciclo de la historia y el prólogo de una nueva etapa resumida en el balance ya firmado por la “Xavineta” (20 goles a favor y 2 en contra en 6 partidos) y en la foto de la alineación que llevará en Bavaria. Más de dos años después del drama de Lisboa, puede que solo queden dos jugadores en el once de la vergüenza sobre el césped: Ter Stegen y Busquets.

Es un primer paso. El segundo tiene que ver con el jugador franquicia del rol. Lewandowski ha marcado al Barça en sus tres últimas citas. Hoy cambia de bando y eso ya es mucho. El tercer paso depende de Xavi y del equipo. Gane o pierda, tendrá que competir, justo lo que hace años que no hace en Europa. Se ve sangre en los ojos de los futbolistas. Sangre para cerrar, aunque parezca imposible, el recuerdo del 2-8 y las burlas del inefable Müller. Sangre para derribar a los que se burlaban de las palancas, no las veían venir y creían que el Barça iba a seguir siendo una Cenicienta en la Champions. Y sangre por poner en su sitio a Nagelsmann, otro de los que no entendían nada del mercado azulgrana.

Las crónicas en Alemania se centran en el técnico de Landsberg y, tras tres empates en Liga, dudan de su futuro si Xavi acaba pintándose la cara. El Bayern sigue siendo un gran equipo y hay que ser humilde. Pero cuando se trata de encontrar un hilo motivador, es interminable. Opciones de karma, casi el triple, en la casa del ex convicto Hoeness.

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