abril 26, 2024

Escribe Macarena Pereyra Depetris DE NUESTRA EDITORIAL – Foto Victoria Araújo DE NUESTRA EDITORIAL

A los 12 años, la vida de Daniela Chávez cambió por completo. Su madre la atrajo al mundo de la prostitución y luego fue vendida para explotación sexual. Fue trasladada de su ciudad natal, San Francisco, a Villa Mercedes, en San Luis, donde fue prostituida y golpeada hasta los 18 años, cuando pudo escapar de ella. Este 30 de julio, Día Mundial contra la Trata de Personas, cuenta su historia a El Diario.

“Soy el mayor de cinco hermanos, cuatro niñas y un niño. Tuve una infancia difícil, mi madre era muy violenta. Ella no sabía cómo expresar cariño y la única forma que tenía de demostrar algo era enojarse y golpearte con lo que tenía a mano”, comenzó diciendo Daniela y continuó: “Ella fue la que me llevó a ir”. a esto «.

A su vez, manifestó: “Mi madre falleció y hace poco traté de entender por lo que ella pasó. Se crió sin mamá, en el Buen Pastor, cuando era para menores que no tenían hogar. La falta de cariño hacia ella era total y creo que ella tampoco nos lo podía dar”. “A los 18 años se casó con mi papá porque era la única forma que tenía de salir de ahí, pero al poco tiempo se separaron”. ella dijo.

“Fui una hija sin amor y junto a mis hermanos pasamos una infancia con todo el maltrato que hubo y habrá. Sin embargo, siempre traté de transmitir amor a mis hermanos porque muchas cosas que pasé y permití fueron para que no las pasaran”, indicó.

“Mi hijo me mantuvo con vida”

Daniela, quien hoy tiene 43 años, comentó: “Siendo la mayor, mi mamá me llevó a parar a una esquina y luego me vendió en Villa Mercedes. Me dijeron que iba a trabajar, pero no sabía a qué y acabé en un burdel, los famosos ‘bares de whisky’, como se llamaban antes”. Ella “era menor de edad y había sido madre de Ayrton, quien cumplirá 26 años en agosto y se había quedado en San Francisco. Siempre digo que lo que me mantuvo con vida fue saber que quería volver a buscar a mi hijo”, aseveró.

A través de una fuerte narrativa, la mujer siguió contando su historia. “Cerca de 360 ​​mujeres estaban en la ruta de Villa Mercedes, hay muchas niñas que trabajan todo el día allí. En mi caso, yo estaba de día en la ruta y luego me llevaban a los bares de whisky, que abrían a las 10 de la noche”, precisó Daniela, y agregó: “Supuestamente esos lugares no eran prostíbulos, pero ibas a tomar bebidas, pero había de todo allí”.

En tanto, mencionó: “Conocía todos los golpes que han sido y serán. Recuerdo que una vez me subí a un camión, en ese momento fumaba y había puesto el dinero entre la etiqueta del cigarro y la bolsa. Cuando subí dejé la etiqueta en el parachoques de la camioneta y cuando bajé después del servicio ya ni me acordaba de los cigarrillos”. “Cuando me di cuenta, la camioneta ya se había ido y ahora, ¿cómo explicar donde estaba el dinero que habia ganado no me creyeron y ese fin de semana sufrí mucho, ya que me pegaron con un cable, me metieron la cabeza en el retrete y me dijeron que me iban a matar. pensar que Dios no me ha querido llevar”, dijo.

“Ese fin de semana me causó una revolución y me subí a una camioneta y le pedí que me llevara. Me dejó en Río Cuarto y luego seguí para San Francisco. Lo único que tenía era un short, una remera y una falda larga, pero creo que ese coraje viene de muy adentro de ti y yo quería volver, por mí y por mi hijo”, señaló.

“Pasé por muchas cosas hasta que llegué a San Francisco, donde mi mamá no me quiso recibir y me quedé en la calle. Siempre viví en la calle. No me avergüenza decir que quien me ofreció un lugar para dormir o cobijarme, a cambio de cualquier cosa, lo acepté”, dijo Daniela y continuó: “Allí conoces gente buena que realmente te quiere ayudar, esa que quiere obtener una ganancia y lo sabía todo”.

Posteriormente, señaló: “Empecé a tener contacto con mi mamá, y a través de darle un aporte económico me dejaba ver a Ayrton desde la esquina. En esa época me casé por capricho a los 21 años con un maltratador y tuve una hija, Laila, que nació a los seis meses pesando apenas 850 gramos y lamentablemente falleció a los 15 días. “Entonces, uno piensa que en la vida una parte de uno se muere y otra parte se queda y yo creo que la fuerza de lo poco que me quedó me dio fuerzas para salir”, aseveró.

En ese sentido, explicó: “Después de todo eso, me quedé sola y contacté a Rubén, a quien conocí trabajando en los burdeles Ausonia. Siempre quiso sacarme de la calle y nunca en mi vida he conocido un amor tan puro, legítimo y sano”. “Hace 23 años mi vida cambió, tuve a Agostina que va a cumplir 21 y entonces Rubén reconoció a Ayrton como su hijo”.

«Lucha contra tus propios demonios»

Luego de preguntarle cómo fue su vida después de que pudo escapar de la trata, Daniela comentó: “Todos los días trato de reconstruir mi vida, porque hay días que tienes altibajos, luchas contra tus propios demonios y no es fácil. pero no es imposible, creo que la fuerza de voluntad de cada uno es importante, en mi caso yo quería que mis hijos tuvieran bienestar, no lo que yo tenía que pasar.

“Me considero una sobreviviente, pero no una víctima. Estoy viva, quiero vivir todos los días y me gustaría que muchas niñas también tengan esa fuerza de voluntad y encuentren gente que las ayude”, dijo Daniela y agregó: “Siento que hay mucha injusticia social. Yo desconfío mucho de la Justicia y el Estado da ayudas a las grandes instituciones, pero no nos alcanza, tenemos que luchar, tocando puertas y demostrando si somos buenas o malas personas.

Por otra parte,…

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