mayo 4, 2024

30/08/2022 a las 06:49

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En su 21º US Open, su último major, la tenista avanza a segunda ronda tras vencer por 6-3 y 6-3 a Kovinic

La expectación ante su torneo de despedida se llenó de gente y emoción en el centro Billie Jean King

Brannon Dickey y Oduwa Ousenkhoe, dos mujeres negras de cuarenta y tantos años, se emparejan para jugar tenis de dobles. Este lunes, como 29.400 personas más, habían comprado un boleto para estar en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean Kingla sede del US Open, que con ese publico beat arrécord histórico de asistencia en su sesión nocturna.

Los amigos habían pagado 500 dólares por cabeza, ni tanto cuando en reventa algunos en las zonas más cercanas a las pistas habían llegado al $7,500. Era más de lo que habían gastado en el Arthur Ashe Stadium, la monumental cancha central de Flushing Meadows. Pero es que nunca antes ese partido que iban a presenciar podría lo último de Serena Williams en un Grand Slam. Y valió la pena. “Queremos acompañarla. Él es un Tesoro Nacional”, explicó Dickey. «No hay nadie como ella. Para la mujer negra que ella ha roto el techo de cristal. Sus legado va mucho más allá del tenis”.

Esa dedicación y esa pasión por Williams, seis veces campeón en Nueva York, 23 en total en Grand Slams, fue la emoción que desbordó este lunes el US Open. Y se quedará, al menos hasta el miércoles. La “reina de reinas”, la “mejor de todos los tiempos”, como lo describe la voz en los parlantes del estadio y el clamor de muchos fanáticos, sigue en la lucha. Nunca antes en sus 20 apariciones anteriores en Flushing Meadows había perdido en la primera ronda. Y tampoco lo hizo en esta señalada ocasión.

En un partido que empezó plagado de errores a ambos lados de la red pero donde Williams recuperó el hambre, El tenista de 40 años logró vencer a Danka Kovinic, de 27. lo hizo por 6-3 y 6-3, provocando el delirio en Arthur Ashe. Y así Williams se aseguró de que este último paso en lo que ha llamado su “evolución” hacia caminos que ya no se recorrerán en las canchas de tenis no llega al menos hasta el miércoles. Ese día se medirá con el Número 2, Anett Kontaveitde Estonia, un rival mucho más complicado que el montenegrino.

Brillo

no todo pero casi todo en este Open gira en torno a Serena. Sin ella, no se entenderían los récords de asistencia de esta jornada inaugural del último gran evento del año. Ola lluvia de meteoros que también llegó al Arthur Ashe: Mike Tyson, Bill Clinton, Anna Wintour, Gladys Knight, Spike Lee, Queen Latifah, Hugh Jackman, Vera Wang...

Serena quería brillar, literal y figurativamente. Nunca se avergonzó de sus elecciones de vestuario, salió a la pasarela con una chaqueta y una cola que habían sido llovidas. pedrería brillante, como en el vestido negro que confeccionó inicialmente con seis capas (en homenaje a sus títulos neoyorquinos). También lució su cabello, recogido en una cola. Y los zapatos relucían, donde hasta los cordones estaban incrustados con 400 diamantes.

El Open también había preparado un tributo, pasará lo que tenga que pasar. Y tras la victoria, se celebró a Williams. Ella habló en un video grabado por Oprah Winfrey. Y ella le habló desde la pista con hermosas palabras billie jean rey, vestida de deslumbrante…

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