mayo 17, 2024

12/03/2023 a las 16:13

TEC


El fiscal pide penas que superen los 15 años de prisión para un sargento de la Guardia Civil que será juzgado en mayo por agredir y acosar sexualmente a un subalterno durante cuatro años en el cuartel de Molina de Segura

La Fiscalía pide penas que suman más de 15 años de prisión para el sargento acusado de agredir sexualmente y acosar a un agente de la Guardia Civil cuando ambos se encontraban destacados en el puesto de Molina de Segura (Murcia) y el era su superior. La acusación particular va más allá y pide para los acusados ​​penas que suman 22 años de prisión. Los hechos que ahora llegan a juicio (comenzarán el 16 de mayo, en el Primer Juzgado Militar Territorialy se prevén ocho días de sesiones) habría tenido lugar entre 2011 y 2015.

El Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) apoyó y asesoró a la víctima en todo momento e hizo público el caso en una conferencia de prensa en 2016el año en que el entonces director general del Cuerpo Arsenio Fernández de Mesasuspendido de funciones y cesado de su destino al demandado.

«Puta, te voy a hundir la vida, vas a sacar ese culo de esa silla», espetó el sargento en una ocasión a su subordinado, según se lee en el escrito de conclusiones provisionales de la fiscalía ante el Tribunal Militar Territorial, al que ha tenido acceso este periódico. Ese día, ella terminó en emergencias. No fue la primera vez. Era diciembre de 2013 y, según su relato, Yo estaría sufriendo acoso desde hace dos años por comando

El escrito de la fiscalía señala que la víctima, quien Formó parte del despacho especializado en violencia de género en el Instituto Armado, sufrió «tocamientos, amenazas, actos de acoso laboral y sexual y acceso carnal no consentimiento continuo, y tan numerosos que no se pudo determinar su número exacto».

«No juegos»

Por lo general, el modus operandi del comando consistía en seguir a la mujer hasta su casa y forzarla sexualmente. De hecho, cuando ella cambiaba la ruta para evitar que su superior la persiguiera, él le gritaba que fuera «directa» y «sin juegos» de ella a su casa. También la violó en el vestuario. del mismo post, quien la obligó a inventar amenazas. Incluso la obligó a abortar a uno de sus hijos.

El fiscal también precisa que el individuo decidió patrullar la noche de los viernes, específicamente de diez de la noche a seis de la mañana, y que a horas intempestivas se presentaba en la casa de la mujer. El teléfono estallaría, ella le pediría que se fuera, que iba a despertar a su hijo (que en ese momento tenía 11 años) ya sus vecinos. Al final, cuando ella le abrió la puerta, el sargento la violó. Después de hacerlo, él se iría rápidamente y ella se quedaría. roto, llorando y tirado en el suelo.

Estaba tan agobiada que buscó la manera de desconectar el teléfono y hacer que dejara de sonar, por mucho que el sujeto llamara y llamara. Al principio lo envolvió en papel de cocina, para silenciar el sonido, hasta que aprendió a apagarlo. vino a grabarlopero dejó de hacerlo por la dificultad que implicaba.

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