mayo 18, 2024

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) espera la salida de unos 860.000 refugiados y retornados de Sudán. La agencia estima que requerirá 445 millones de dólares para apoyar a los desplazados hasta el mes de octubre.

Las cifras actualizadas se recogen en un documento preliminar que forma parte del Plan Regional Interinstitucional de Respuesta a los Refugiados en Sudán presentado este jueves a la comunidad de donantes. La ayuda cubrirá inicialmente los esfuerzos de socorro en Chad, Sudán del Sur, Egipto, Etiopía y la República Centroafricana.

El plan fue desarrollado en colaboración con 134 socios de la Agencia, incluidas agencias de la ONU, ONG nacionales e internacionales y grupos de la sociedad civil.

«La situación humanitaria en Sudán y sus alrededores es trágica.: hay escasez de alimentos, agua y combustible, acceso limitado a transporte, comunicaciones y electricidad, y los precios de los artículos básicos se han disparado”, dijo el alto comisionado adjunto para operaciones de la agencia.

Raouf Mazou explicó que la Agencia y sus socios desplegaron equipos de emergencia sobre el terreno y brindaron apoyo técnico a las autoridades sudanesas, incluidas tareas de protección y recepción. «Esto es solo el comienzo. Se necesita más ayuda con urgencia», solicitó.

Falta de financiación adecuada

La cifra de 860.000 refugiados y repatriados es una estimación provisional a efectos de planificación financiera y operativa.

La mayoría de estas personas, unas 580.000, serían sudaneses, otras 235.000 serían refugiados acogidos por Sudán, que regresan a su país en condiciones adversas, y otras 45.000 serían de otras nacionalidades. Se espera que Egipto y Sudán del Sur ser los países que recibir el mayor número de llegadas.

Los combates en curso han desplazado a más de 330.000 personas dentro de Sudán, y más de 100.000 refugiados y retornados han abandonado el país. ACNUR lanzó hoy un nuevo portal que actualizará diariamente las nuevas cifras de refugiados que llegan y regresan a los países vecinos.

zonas de peligro

El organismo recordó que los continuos enfrentamientos, saqueos, el aumento de precios y la falta de transporte dificultan la salida de zonas peligrosas. El acceso a la atención de la salud también se ha visto gravemente afectado.

El plan apoyará a los países anfitriones Para garantizar el acceso al asilo de las personas en necesidad de protección internacional, se les ayudará a brindar asistencia humanitaria, y se identificará y brindará servicios especializados a las personas más vulnerables. La llegada de la temporada de lluvias dificultará aún más el acceso y la entrega de ayuda en lugares remotos.

La mayoría de las operaciones en los países que reciben a los que huyen de Sudán, y dentro del país, sufren escasez de fondos y, hasta ahora, solo han recibido alrededor del 15 % de las necesidades de financiación para 2023.

Más de 1000 llegadas diarias desde Sudán a Etiopía

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que desde el inicio de los enfrentamientos el 15 de abril, Más de 12.000 ya han llegado a Metema, la ciudad fronteriza entre Sudán y Etiopíamuchos de ellos exhaustos después del largo y peligroso viaje a la seguridad.

La Matriz de Seguimiento de Desplazamiento de la Organización actualmente registra más de mil llegadas diarias, entre ciudadanos sudaneses, etíopes retornados y nacionales de terceros países de Turquía, Eritrea, Somalia, Kenia y otras 50 nacionalidades.

La Organización está brindando asistencia humanitaria a las personas que llegan a Etiopía. El apoyo incluye transporte desde la frontera hasta Gondar y Addis Abeba, así como alojamiento en los Centros de Tránsito de la agencia de la ONU.

Muchos de los que huyen de Sudán entran en Etiopía sin recursos ni pertenencias. Sin la ayuda de la Organización, corren el riesgo de quedarse varados en la pequeña y remota ciudad fronteriza.

Las personas que recibieron ayuda incluyen a casi 200 kenianos, algunos de ellos estudiantes, más de 200 ugandeses y más de 800 somalíes.

Nuru*, un estudiante keniano que estudia una maestría en derecho en Sudán y lo combina con trabajo humanitario a tiempo parcial, describe cómo quedó atrapado cuando estalló la guerra y no pudo recuperar sus documentos y pertenencias antes de huir.

«Me enteré de que el apartamento contiguo al mío fue bombardeado y quedó completamente dañado», dice.

“Fue entonces cuando decidí irme sin mis documentos. Los funcionarios de la embajada pudieron emitirme una identificación temporal para viajar”, ​​agregó.

*Nombre ficticio

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