Rusia ha rechazado los llamamientos para desmilitarizar el área alrededor de la planta de energía nuclear más grande de Europa.
Eso a pesar de las advertencias de las Naciones Unidas sobre un desastre nuclear en Zaporizhzhia, que fue capturada por las tropas rusas a principios de la guerra.
Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear el área cercana a la planta y generar temores de una catástrofe nuclear.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, ha exigido que las tropas rusas abandonen la planta y que se permita la entrada a un equipo de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Pero Rusia ha rechazado las afirmaciones de que está poniendo en peligro la seguridad de la planta.
Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que “en [the] caso de un desastre tecnológico, sus consecuencias se sentirán en todos los rincones del mundo. Washington, Londres y sus cómplices asumirán toda la responsabilidad por eso”.
