En 1988 por primera vez el reina isabel Yo estaba de viaje a España. Fue con motivo de un viaje oficial para aproximar posiciones con los Borbones. Algo que sin duda supo conseguir, siendo hoy un fortísimo vínculo que une a los Windsor con la Familia Real Española.
En la década de 1980, si algo acentuaba la personalidad de reina isabel era su amor por los viajes. De hecho, por eso es conocida por la recién fallecida monarca como “la reina viajera”, habiendo realizado más de 250 visitas en 70 años de reinado lejos de las fronteras de su país. Sin embargo, con el paso de los años y los defectos de su salud, se vio obligada a abandonar esta afición turística, siendo Malta el último territorio extranjero que pisó en 2015.
De regreso a España, el propósito de la reina isabel fue reunirse diplomáticamente con el Rey Juan Carlos y con el entonces presidente del Gobierno, Felipe González. Ese día la soberana viajó a este país en avión, aterrizando el 17 de octubre en el Aeropuerto de Madrid-Barajas para pasar unos días en la capital, Barcelona, Sevilla y Mallorca.
El entonces Príncipe de Asturias, Felipe VI, junto a su hermana Elena, fueron los encargados de alojar a la monarca y su marido, Felipe de Edimburgo, en el Palacio Real de El Pardo. Una vez conocida la Familia Real española al completo, se ofrecieron una serie de homenajes para dar la bienvenida a la madre del ahora Rey Carlos, entre ellos una cena de gala en el Palacio Real de Madrid.
Hasta 150 personajes ilustres del país asistieron a esta importante velada, como la duquesa de Alba, que no tuvo problema en hacer una reverencia en sinónimo de respeto a la reina isabel. La soberana se puso tan contenta que no dudó en hacer una broma refiriéndose a Gibraltar como “el único problema” que queda entre las dos Familias Reales, demostrando así su sentido del humor.