junio 17, 2024

Es «el santuario de la mente»donde reside la personalidad y la identidad de las personas, pero El cerebro también es «el rincón negro de la medicina»el único órgano cuyo funcionamiento aún no ha sido descifrado, aunque los últimos avances sitúan a la neurociencia por delante Una revolución».

Los argumentos son del neurobiólogo español. rafael yusteprofesor y director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y uno de los principales impulsores del Proyecto «cerebro»que impulsó la administración de barack obama y han continuado Donald Trump y Joe Biden involucrar a 550 laboratorios en todo el mundo con un presupuesto de alrededor de 6 mil millones de dólares.

Interrumpe la actividad docente e investigadora que ha desarrollado durante 20 años en Estados Unidos para presentar en Madrid el informe que ha elaborado -a petición del Congreso de los Diputados- junto a otros 20 expertos en neurociencia, neurotecnología y bioética. sobre los avances en neurociencia y las implicaciones éticas que tienen, y analiza en entrevista con EFE esos avances y desafíos.

Rafael Yuste describe cómo La neurotecnología ya ayuda a tratar el Alzheimer, el Parkinson o el ictuspero también como puede alterar la personalidadSe utiliza para extraer datos confidenciales, para mejorar las capacidades cognitivas de una persona, cómo es capaz de descifrar imágenes o palabras imaginadas o interferir con el libre albedrío.

NEUROTECNOLOGÍAS QUE VAN MÁS ALLÁ DEL USO MÉDICO

Y frente a otros colegas, defiende sin pudor la importancia de utilizar todas las herramientas, incluida la inteligencia artificial, o la aparición de empresas privadas siempre que se trate de combatir las patologías asociadas a las enfermedades cerebrales. «La tecnología siempre es neutral; el problema es cuando el uso de las neurotecnologías supera a la medicina y se utiliza en la población general con fines comerciales».

O aplaudir el logro alcanzado por la empresa «Neuraenlace» -propiedad del multimillonario Elon Musk– mediante la implantación de un chip en el cerebro humano capaz de «leer» la actividad neuronal y ayudar a restaurar las funciones cerebrales dañadas como consecuencia de un infarto o de una esclerosis lateral amiotrófica, aunque con una salvedad: no se trata de algo estrictamente nuevo. y que desde hace 20 años se fabrican interfaces cerebro-ordenador en varios países, entre ellos España.

El neurobiólogo sostiene que tanto las nuevas pruebas diagnósticas, que permitirán la detección precoz de estas enfermedades, como los nuevos tratamientos que actúan sobre las causas y no sobre los síntomas -algunos ya han sido aprobados en Estados Unidos y en los próximos meses podrían ser aceptados por la UE – constituyen «el comienzo de lo que va a ser una revolución».

Porque el aumento de la esperanza de vida llevará a que una de cada tres personas padezca una enfermedad degenerativa asociada al envejecimiento, y la neurotecnología -sostiene- proporcionará a investigadores, médicos y psiquiatras «la clave» para desentrañar los enigmas del cerebro y «entrar » este órgano para ayudar a los pacientes.

¿Desafíos? «Muchos». Esta tecnología permitirá intervenir en el cerebro de una persona para combatir y frenar el curso de una enfermedad, «pero también actuar con fines que no son precisamente beneficiosos», afirmó el investigador, y destacó en ese momento la importancia de tener reglas de juego «claras» y que siempre se ajusten a los valores humanistas y a los derechos humanos.

PROTECCIÓN DE LOS “NEURO DERECHOS” Y DE LOS DATOS DEL CEREBRO

Rafael Yuste sugiere la importancia de desarrollar proyectos de ley que protejan los «neuroderechos» y los «datos cerebrales», Iniciativas legislativas que ya se han implementado en varios países (Chile, Brasil, Uruguay, México o el estado estadounidense de Colorado) para salvaguardar la actividad cerebral y toda la información personal que de ella se puede extraer.

Y diferencia el uso de tecnologías que sólo están al alcance de los neurocirujanos, «que están perfectamente reguladas como dispositivos médicos», de otras que van más allá del ámbito médico, que son Se comercializan a través de grandes plataformas digitales y de comercio electrónico para usos lúdicos (gafas, diademas, bandas, auriculares o pulseras) que carecen de cualquier tipo de regulación. pero también pueden utilizarse para acceder a datos neuronales que luego pueden comercializarse.

El neurocientífico madrileño sostiene durante la entrevista que los retos de la investigación médica son aún muchos (cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc.) pero también que el cerebro «es el rincón negro de la medicina», porque es el único órgano cuya fisiología aún no ha sido sido entendido. entiende.

«No entender la fisiología de un órgano significa que los médicos, psiquiatras y…

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