El presidente de Rusia, Vladimir Putin, está manteniendo conversaciones en Moscú con su homólogo de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, sobre la expansión de los lazos políticos, militares y económicos entre los dos países.
Un firme partidario de Putin, Lukashenko llegó a la ciudad el miércoles para dos días de reuniones que incluyeron discusiones sobre los planes para desplegar armas nucleares rusas en Bielorrusia.
El despliegue de estas armas tácticas en Bielorrusia las acercaría a objetivos potenciales en Ucrania y miembros de la OTAN en Europa Central y Oriental.
Putin ha dicho que la construcción de instalaciones de almacenamiento en Bielorrusia para las armas se completará el 1 de julio.
Moscú también ayudó a modernizar los aviones de combate bielorrusos para adaptarlos al transporte de armas nucleares y proporcionó al país misiles Iskander de corto alcance que podrían equiparse con una ojiva nuclear.
Los equipos comenzaron a entrenar en Rusia esta semana.
El encuentro entre los dos hombres se dio en el marco del llamado Consejo Supremo de la Unión Estatal.
En su discurso, Lukashenko advirtió que, de ser necesario, usaría todo lo que estuviera a su alcance para proteger a su país.
Moscú utilizó el territorio bielorruso como escenario para su invasión de la vecina Ucrania y ha mantenido allí un contingente de tropas y armas.
Lukashenko ha estado en el poder durante casi 29 años, tomando medidas enérgicas contra la disidencia y confiando en los subsidios rusos para administrar la economía al estilo soviético de su país.
El apoyo de Moscú lo ayudó a capear meses de protestas masivas contra su reelección en una votación de agosto de 2020 que fue rechazada por la oposición y Occidente por amañada.
El jueves, Putin también se reunió con los líderes de cuatro regiones ucranianas que Moscú anexó en septiembre.
