Alrededor de 2.000 trabajadores salieron a las calles de Praga y marcharon frente a la oficina del gabinete el 29 de marzo en protesta por un aumento propuesto en la edad de jubilación.
El gobierno checo quiere aumentar la edad de 65 a 68 años y dice que debe controlar el gasto ya que hay un gran agujero en su presupuesto.
Si tiene éxito, se fijaría cuatro años más que la edad de jubilación de Francia, donde las manifestaciones masivas en todo el país contra el aumento a los 64 años se tornaron violentas.
Las pensiones ya han sido modificadas. Estaban indexados, lo que significa que se habían mantenido al día con la alta tasa de inflación que en febrero fue del 16,6 por ciento.
Pero el gobierno ahora ha limitado el aumento a solo el 2,3 por ciento.
Los líderes de los partidos de oposición participaron en la manifestación, incluido Andrej Babis, el multimillonario populista jefe del partido centrista ANO (SÍ), el Partido Democracia Directa antiinmigrante y el Partido Comunista de extrema izquierda.
Babis, ex primer ministro, pidió a los sindicatos que organizaran grandes protestas y prometió su apoyo.
