En ese orden, la principal preocupación es que Llaryora haya asegurado la continuidad del acuerdo con las bancas del PRO, generando un desequilibrio a favor del Ejecutivo provincial. Y hay un síntoma muy claro que lo haría evidente.
En las últimas horas, la PJ de Córdoba confirmó la inclusión de Pedro Dellarossa como Ministro de Industria al gabinete llariorista. El ex intendente de Marcos Juárez y hombre cercano a Macri tendrá su primera experiencia como funcionario provincial, coincidiendo con el supuesto y silencioso pacto legislativo con el PRO.
Al igual que Dellarossa, en los próximos días y más cerca del traspaso de poder, se podrían confirmar aún más nombres del PRO en puestos clave de la provincia. Algo que anticipó Llaryora en su campaña cuando abogó por un gobierno abierto, al que denominó “Partido cordobés”.
Un fondo
La alquimia practicada por Llaryora en la Legislatura ya había tenido un precedente. Se trata de la discusión sobre los juegos online, que generó un destructivo conflicto interno en Juntos por el Cambio.
Precisamente, este proyecto del gobierno provincial fue apoyado por el PRO y un dirigente del radicalismo, al igual que el paquete de medidas impulsado esta semana. Así, el PJ de Córdoba logró abrir un fondo que, casualmente, Martín Llaryora tendrá totalmente disponible, ya que las empresas operadoras de la actividad recién iniciaron sus actividades durante este mes.
Del otro lado, el caos
El indiscutible distanciamiento del PRO respecto del resto de la coalición no sólo se vive en el plano legislativo. Además, a nivel de coalición, las reuniones no cuentan con la asistencia de líderes amarillos desde hace algún tiempo.
En ese orden, los líderes del radicalismo, los Coalición Cívica y Frente Cívico de Luis Juez Han intentado mantener la unidad de lo que queda de una estructura muy maltrecha. Con sucesivas reuniones, los principales dirigentes como él mismo Juez, Rodrigo De Loredo, Mario Negri y Gregorio Hernández Maqueda Intentaron reagrupar fuerzas y trazar el rumbo a seguir.
Al respecto, uno de los temas en los que se coordinaron fue el reglamento aprobado por el Legislativo esta semana. Según los coalicionistas, la maniobra del partido gobernante eliminó los mecanismos de control sobre el tesoro provincial y dejó al nuevo gobernador libertad para utilizarlo según fuera necesario.
Uno de los pocos representantes del PRO que aún sigue adscrito a Juntos por el Cambio en Córdoba es Óscar Agost Carreño, presidente del partido amarillo en la provincia. Sin embargo, tras la división nacional del espacio bonaerense, la filial de Córdoba quedó casi “libre de acción”, por lo que su participación no sería una disposición orgánica.
De esta manera, Juntos por el Cambio estaría viviendo los momentos más delicados en Córdoba, así como a nivel país. Ahora que las tensiones rompen lo que alguna vez fue un tejido fuerte, parece sólo una cuestión de tiempo antes de que el último hilo finalmente se rompa.
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