Los sindicatos franceses se preparan antes de un día de huelga nacional el jueves que esperan que paralice a todo el país. El martes, cientos de manifestantes recorrieron el corazón de Marsella portando antorchas y carteles para mostrar su rotundo rechazo a la reforma del sistema de pensiones del gobierno.
El plan, presentado hace una semana, retrasa la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y elimina la mayoría de los regímenes especiales actuales.
Hablando en la Asamblea Nacional, el primer ministro de Francia insistió en que el país no tiene más remedio que implementar las propuestas.
«El número de personas que trabajan en comparación con el número de jubilados está cayendo», dijo Elisabeth Borne a los miembros. «En 2005 había dos trabajadores por cada pensionista. Hoy hay 1,7 y mañana 1,5. Por tanto, debemos restablecer el equilibrio de nuestro sistema de pensiones».
El plan también propone que a partir de 2027 las personas deberán haber trabajado al menos 43 años para obtener una pensión completa. La Sra. Borne dijo que si las reformas siguen adelante, para 2030 el sistema estará financieramente equilibrado.
La izquierda se opone totalmente a la iniciativa del gobierno, que se incluyó en el programa en el que se eligió al presidente Emmanuel Macron.
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