Los residentes de París votaron abrumadoramente a favor de prohibir los patinetes eléctricos de alquiler en las calles de la ciudad, en lo que se considera una victoria para los defensores de la seguridad vial.
En un referéndum el domingo, el 90 por ciento de los votantes apoyó la prohibición, pero menos del 8 por ciento de los elegibles votaron.
Los scooters son fáciles de ubicar y alquilar a través de una aplicación descargable, y se pueden recoger y dejar en cualquier lugar de la ciudad que elijan los arrendatarios.
Pero si bien son un éxito entre los turistas, muchos parisinos se quejan de que los e-scooters son una monstruosidad y una amenaza para el tráfico, y los peatones se quejan de la conducción imprudente.
Desde su introducción en la ciudad hace cinco años, se han visto envueltos en cientos de accidentes, algunos de ellos fatales.
«Son peligrosos, tanto para quienes los usan como para los peatones», dijo a la AFP Francoise Granier, médico que votó el domingo.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien hizo campaña para expulsarlos por razones de seguridad, molestias públicas y costo-beneficio ambiental, describió el resultado de la votación como “muy claro”.
Como resultado, los 15.000 scooters de autoservicio desaparecerán del centro de la ciudad a fines de agosto, cuando expiren los contratos de la ciudad con los tres operadores.
Esto significa que París, que fue pionera en el apoyo a las «trottinettes», como se las conoce, ahora se convertirá en la única gran capital europea en prohibirlas.
