En los primeros meses de su gobierno, Javier Milei Ha aplicado una estrategia de recortes drásticos a las empresas públicas de Argentina, conocida como el «plan motosierra». Este enfoque apunta a reducir el gasto público y lograr un superávit fiscal.
Entre las empresas públicas afectadas por la decisión Javier Milei son: Aerolíneas Argentinas, Intercargo y ARSAT. Estas son algunas de las empresas que han experimentado fuertes recortes en las transferencias de fondos por parte del Tesoro Nacional.
En los primeros dos meses del año, estas empresas no recibieron transferencias de dinero. Además, otras empresas estatales también se han enfrentado a reducciones significativas. ENARSA, la energética, concentró el 60% de los fondos captados, aunque con una caída interanual del 47%.
Esto es parte de la «motosierra» aplicada por miley y su ministro de Economía, Luis Caputo, en un esfuerzo por ordenar las cuentas y reducir la emisión monetaria. Los recortes fueron desiguales entre las empresas, al igual que los despidos.
Si bien ENARSA recibió una parte importante de los fondos, otros, como Aerolíneas Argentinas, la Administración General de Puertos y EANA, no tuvieron asignaciones. La transferencia total de recursos para 29 empresas estatales en enero y febrero fue de sólo $300.000 millones de un crédito existente de $2.500 millones para todo el año.
La Operadora Ferroviaria SE, encargada del transporte de pasajeros en tren, también recibió una parte importante de los recursos. Desde la perspectiva de miley, las obras públicas deberían ser planificadas por empresas privadas sin intervención del Estado. Por tanto, se han eliminado proyectos de obras públicas y se han reducido las transferencias a las provincias y los subsidios económicos.
Objetivos
El gobierno busca reducir el gasto público en unos cinco puntos del Producto Bruto, aproximadamente US$ 30.000 millones. Esto implica revisar los cargos estatales innecesarios y eliminar la duplicación de trabajo.
El «plan motosierra» Javier Milei ha tenido un impacto significativo en las empresas públicas y el presupuesto nacional. El desafío radica en equilibrar la austeridad con la necesidad de mantener los servicios esenciales y la inversión en infraestructura.