mayo 26, 2024

En los últimos años, los bioinsumos han aparecido en Argentina como algo nuevo y, al mismo tiempo, desconcertante. En un principio, muchos se mostraron escépticos sobre los retornos productivos y económicos que podían ofrecer los famosos “productos biológicos”, pero con el tiempo (y los resultados) las dudas se fueron despejando a fuerza de resultados. Todavía queda mucho camino por recorrer, es cierto, pero evidentemente han llegado para quedarse.

Lo primero que aclaran los expertos es que bajo ningún punto de vista vienen a sustituir a los productos químicos. La suplementación es ideal para el crecimiento de los cultivos y la mejora nutricional. Así lo entiende el gerente de desarrollo de mercado de Nutrien Solutions para Argentina, Chile y Uruguay, Hernán Borcano. “Los biológicos se suman a otras tecnologías para buscar la máxima eficiencia posible”, reconoce a ecos365.

Sin duda, el menor impacto ambiental es una de las virtudes de los bioinsumos, en tiempos donde la “presión” social hacia los químicos se siente cada vez con más fuerza. “Cuando miras un producto químico tiene un impacto específico y cuando miras un producto biológico tiene múltiples impactos que suman para un efecto”, describe al marcar la principal diferencia quizás entre ambos. Pero de ninguna manera uno debe reemplazar al otro. La aplicación de fertilizantes es necesaria y con este tipo de nuevas tecnologías todo se puede mejorar y potenciar.

No es fácil explicar y entender qué es un bioinsumo. Según el Comité Asesor de Bioinsumos de Uso Agrícola, se define como todo producto biológico que consiste en o ha sido producido por microorganismos o macroorganismos, extractos o compuestos bioactivos derivados de ellos y que se destinan a ser aplicados como insumos en la agricultura, -alimentario, agroindustrial, agroenergético e incluso en saneamiento ambiental agropecuario”. Algunos ejemplos son los fertilizantes biológicos (solubilizantes de P, fijadores de N, PGPR), fitoestimulantes y/o fitorreguladores, control biológico (control de plagas y agentes biofitosanitarios) y tratamiento de subproductos agrícolas y producción de energía.

Hernán Borcano, Gerente de Desarrollo de Mercado de Nutrien para Argentina, Chile y Uruguay.

Análisis y consejos

Desde el punto de vista ambiental, se ha demostrado que tiene grandes beneficios y ventajas. Pero económicamente, ¿qué tan conveniente es? Aquí también hay respuestas sorprendentes, y Borcano se encarga de brindarlas: “en general, los productos biológicos y complementarios no registraron grandes cambios de precios este año y en un contexto donde los precios de los fertilizantes sí aumentaron, los bioinsumos se volvieron más atractivos. » Y reveló: “Hoy podemos hablar de un retorno de la inversión en fertilizantes de dos a tres veces, mientras muchas de las tecnologías biológicas son claramente más de 10 veces el costo del producto”.

En todo caso, aclaró: “las tecnologías complementarias, ya saliendo de la dicotomía entre lo biológico y lo no biológico, al productor le cuesta tomarlas porque no las considera una inversión del sistema ni lo toma como algo normal”. decisión gerencial, pero lo piensa antes de una determinación específica, pero en el mercado hay paletas de productos que ya están lo suficientemente maduros como para tomarlos como parte de la decisión gerencial”. Y concluyó: “en un año complejo, lo mejor que podemos hacer es posicionar cada insumo y tecnología en una buena gestión general; No es necesariamente lo mejor para el productor gastar lo menos posible, sino hacerlo inteligentemente”.

Cambio de paradigma

Seguramente debe haber un «cambio de paradigma» como sucedió en Brasil, donde los productos biológicos ya tienen el 15% de la «participación», pero la realidad indica que en Argentina están creciendo sostenidamente.

El ingeniero agrónomo, fitomejorador, socio fundador y expresidente de ACSOJA, Rodolfo Rossi, fue otro de los consultados por ecos365. “Es cierto que se necesita inevitablemente un cambio de paradigma, pero de todos modos sabemos que para tantos kilos de soja o de maíz se necesitan tantos kilos de fósforo o de azufre y eso no va a cambiar. Proponemos que deberíamos aumentar la fertilización al menos para reponer lo que está tomando la soja en cuanto a nutrientes”, explica.

En este sentido, admite que los bioinsumos/bioestimulantes “son una parte complementaria de los fertilizantes químicos”. Al respecto, expresa: “sabemos que es un área que está creciendo exponencialmente en otros países y aquí ha ido subiendo con fuerza; tenemos expectativas de que en los próximos años se puedan consolidar localmente”.

Incluso teniendo en cuenta las perspectivas climáticas desfavorables de una sequía prolongada, Rossi destaca que los productos biológicos pueden facilitar el control del estrés hídrico. “Es un año donde realmente se verán las ventajas de los bioinsumos”.


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