mayo 3, 2024

Edith Elgueta se dio cuenta de que, cuando las abejas desaparecieron, el desierto de Atacama, en el norte de Chile, Se volvió aún más seco y, después de toda una vida como funcionaria municipal, se propuso recuperar esos insectos y producir una miel única en una de las zonas más áridas del mundo.

“Surge de una necesidad de tener que buscar calidad de vida. Siempre habíamos tenido abejas en el desierto, pero por una persecución de la mosca de la fruta hicieron fumigaciones, allí Las abejas se perdieron y eso no provocó aún más sequía en medio del desierto”, explica en una entrevista con Noticias ONU.

Edith dejó su trabajo como archivera municipal y se fue a la Universidad Nacional de Cuyo, en Medonza, Argentina, para formarse como apicultor. Pero sus clases no fueron suficientes para él. Edith quería hacer la apicultura de otra manera.

“Vine a hacer un cambio de metodología, a ver a la abeja de otra manera, a tratarla bien”.

Edith tenía buenas relaciones con las comunidades de Pueblo indígena aymara de la región de Arica y Parinacota por su trabajo en el municipio y buscó sus conocimientos.

“Comencé a aplicar los conocimientos de apicultura biodinámica, a trabajar con las constelaciones lunares y además como ya tenía conocimiento de la parte indígena, comencé a hacer un complemento y eso lo apliqué”, explica.

Edith Elgueta con la miel que obtiene de las 15 colmenas del desierto de Atacama.

Fundación Microfinanzas BBVA

Afirma que, al principio, nadie creía en su proyecto y le dijeron que conseguir miel en el desierto era una idea “loca”.

Edith buscar vetas de agua con un péndulo. “Logré localizar el depósito de agua subterráneo donde crecen muchas plantas nativas y allí puse la colmena y la abeja. “Comenzaron a polinizar esas flores, para conseguir la mejor miel que estuviera libre de metales pesados”, dice sobre el origen de Colmenares Piomartin. “Las zonas desérticas son zonas de muchos minerales, pero las raíces de estas plantas purifican el agua. Por eso es tan importante cuando hay agua, poner plantas, porque limpian el agua”.

Clima extremo

Todo el proceso es completamente natural y sostenible. Abrir las colmenas dependiendo de las condiciones climáticas y los ciclos lunares.

Se abre la colmena sin utilizar humo, sin utilizar ningún producto químico.. La abeja intuye cuando tiene que sacar miel y no ataca, deja el marco libre y se puede llevar al cuarto de cosecha”, explica.

Consigue que, durante la fase de luna creciente, la miel sea más ácida y dura y en la luna menguante sea más suave, cremosa y dulce.

El clima en Arica es extremo, con Temperaturas de hasta 45 grados durante el día que bajan a 5 de la noche.

“La abeja se adapta. Es el único ser vivo que ha pasado por todos los cambios en la tierra, todos los desastres que ha tenido la Tierra. Ella lo ha ido superando. Al tener agua y flores, la abeja está feliz”, explica Edith.

Sin embargo, sí señalan que con temperaturas cada vez más extremas, la radiación solar es «muy alta» y «la floración dura muy poco».

Conocimiento ancestral y tecnología del siglo XXI

Edith Elgueta aprende finanzas y gestión empresarial en la plataforma online gratuita de Fondo Esperanza, entidad de la FMBBVA de Chile, y lo hace desde su negocio

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La tecnología también juega un papel fundamental en el negocio artesanal. “Hay que respetar a los antepasados, pero también hay que evolucionar y aplicar nuevas tecnologías”.porque uno no puede quedarse en el pasado”, afirmó.

Tiene un centro satelital que mide “las gotas de agua que caen, el viento…” y una antena para poder conectarse “con el mundo”.

Gracias a la conexión a internet ha podido realizar cursos de formación online para mejorar su negocio, como los que ofrece Fondo Esperanza, la entidad chilena de la Fundación Microfinanzas BBVA, que colabora con la ONU. A través de ellos también obtiene financiación para su negocio y conexiones con otras mujeres emprendedoras.

“Son equipos de mujeres que se van formando, donde cada una rentabiliza su negocio. Pero si hay un problema de deuda, todos nos unimos. Es como el trabajo de la abeja. La única manera de sobresalir es trabajando en equipo, apoyándonos unos a otros.«, dice.

Edith participó en un evento organizado por la Fundación, Confianza para las Américasel Gobierno de Colombia y el de Panamá, en el marco de la Comisión de la ONU sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Nueva York.

Después del evento, todavía sentía incredulidad por haber “volado tanto”. “Me siento como una abeja en el país de las maravillas.”, dijo sobre su paso por Nueva York y la ONU. “La mía es una microempresa familiar muy pequeña. Mi producción también es pequeña, pero el valor agregado que tiene es que es única”.

“Es un trabajo de equilibrio y respeto a la abeja”, detalla. “Trabajamos en equipo, los cuido, los protejo, pero también tengo que comer, alimentarme. Así que la mitad de su trabajo también es mío”.

El mensaje que transmitió a las mujeres presentes en la conferencia, que se levantaron para aplaudir tras su discurso, es que deben creer en sí mismas. “Mi lema es ‘cree para poder ver’. “Creo en lo que hago, tengo confianza en mí mismo, tengo fe en mí mismo y las cosas salen bien”.

Planes futuros

Fundación Microfinanzas BBVA

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Con sus 15 colmenas, Edith produce miel que, según afirma, es única en el mundo por sus propiedades bacteriológicas, y propóleo, que comercializa en Chile, Perú y Bolivia. Se encuentra investigando y obteniendo certificaciones para vender miel encapsulada.

“Estamos haciendo estudios biomédicos de los productos que tienen que ingresar. Como son un producto nuevo, tienen que pasar por toda una serie de regulaciones y también tenemos que comprar una máquina de encapsulación para poder integrarnos en mercados comerciales más altos”, explica con un brillo en los ojos.

A sus 68 años no tiene intención de retirarse. “Me ha tocado ser madre, ama de casa, trabajadora, criar a mis hijos y ahora me siento activa en mi empresa. “El trabajo me motiva y eso me da un estímulo para la vida”, dice. Se siente afortunada y “libre como una abeja”.

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