La numismática es un mundo apasionante donde se pueden encontrar auténticas joyas que, para los coleccionistas, tienen un valor incalculable. En el caso de Chile, hay una divisa que ha captado la atención de coleccionistas y aficionados de todo el mundo: la primera moneda bimetálica del país, acuñada en el año 2000. Esta rareza numismática tiene características únicas que la hacen deseada por muchos. Esta moneda de 500 pesos chilenos representa un hito en la historia de la numismática chilena al ser la primera en estar compuesta por dos aleaciones diferentes: un anillo de plata que rodea un núcleo de oro. Lo más llamativo es que el año 2000 está impreso por ambas caras, lo que la convierte en una pieza única e inusual.
Lanzada en diciembre de 2000, esta moneda vino a reemplazar al billete de 500 pesos chilenos en circulación. En su anverso muestra la imagen del cardenal Raúl Silva Henríquez, respetado sacerdote salesiano que se destacó por su labor social y de defensa de los derechos humanos durante la dictadura. Además, se inscribe el número «500» junto con la palabra «PESOS» y el año de emisión en el reverso. No es de extrañar que esta pieza sea muy valorada por coleccionistas y entusiastas de las monedas. Su diseño único y su rareza lo convierten en un objeto de deseo para quienes buscan tener piezas únicas y significativas en sus colecciones.
Se estima que quedan pocas unidades de este divisa bimetálico en circulación, lo que contribuye a su atractivo ya que su precio alcanza hasta los 280.000 pesos en el mercado, dependiendo de su estado de conservación y la demanda al momento de su venta. Sin embargo, no es la única versión de esta moneda que está en la mira de los coleccionistas. Otra variante, con un error en la nariz del cardenal Raúl Silva Henríquez, también es buscada con fervor.
Para el coleccionistas Para quienes tienen la suerte de poseer esta valiosa pieza, surge una encrucijada: decidir si venderla y obtener un interesante retorno de inversión o conservarla como una reliquia numismática, que no solo tiene un alto valor monetario, sino también histórico y cultural para el país.
En definitiva, la primera divisa bimetálico de Chile es una verdadera joya que ha cautivado a coleccionistas de todo el mundo. Su rareza, valor y diseño único la convierten en una pieza codiciada y deseada, representando una oportunidad única para quienes tienen la suerte de tenerla en su poder. Ya sea como inversión o como tesoro histórico, esta moneda sin duda seguirá siendo una pieza de gran relevancia en la numismática chilena.