junio 16, 2024

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó este jueves sus proyecciones económicas para 2023, que prevén un ralentización del crecimiento económico para toda la región.

En un contexto de crecientes incertidumbres externas y limitaciones internas, la Comisión espera que el crecimiento alcance el 1,2%.

En medio de la turbulencia en el sector financiero, la alta inflación, los efectos actuales de la invasión rusa a Ucrania y tres años de COVID, los países de la región enfrentan nuevamente en 2023 un espacio de maniobra limitado en materia de política fiscal y monetaria.

Como en el resto del mundo, la inflación en la región muestra una tendencia a la bajapero se mantendrá en niveles altos en comparación con los de antes de la pandemia.

La Comisión prevé que dejarán de aumentar Tasas de interés en varios países de la región, pero sus efectos se verán reflejados con mayor fuerza este año, tanto en el consumo como en la inversión.

Además, dada la reciente volatilidad financiera mundial evidenciada por los problemas en el sistema bancario de los países desarrollados, la organización prevé que los países seguirán aplicando medidas para estabilizar el sistema bancario.

En el ámbito fiscal, las autoridades tienen poco margen de maniobra debido a altos niveles de deuda pública. En este contexto, la Comisión advierte que se requerirán medidas para fortalecer la capacidad recaudatoria y redistributiva en toda la región.

Cae toda la actividad regional con excepciones puntuales en México y Centroamérica

La comisión estima que todas las subregiones tendrán un menor crecimiento en 2023 en comparación con 2022.

Así, América del Sur crecerá un 0,6% en 2023 (para un 3,8% en 2022), el grupo formado por Centroamérica y México aumentará un 2% (frente al 3,5% en 2022) y el Caribe (sin incluir a Guyana) suba un 3,5% (con un 5,8% en 2022).

La desaceleración en América del Sur estaría provocada por la caída de los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que tiene la política interna para apuntalar la actividad.

En el Caribe, la desaceleración se debe principalmente al impacto de la inflación tanto en el ingreso real, y con él el consumo, como en los costos de producción, con un efecto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como del turismo.

Si bien el crecimiento de este año representa una contracción con respecto a 2022, para las economías de Centroamérica y México, en algunos casos ha habido revisiones al alza respecto a lo previsto por la CEPAL a fines del año pasado. Esta situación se debe al crecimiento de Estados Unidos, principal socio comercial y principal fuente de remesas de sus países, lo que afectaría tanto al sector externo como al consumo privado.

La proyección de crecimiento para 2023 para la región está sujeta a riesgos a la baja dada la posibilidad de que la turbulencia en el sistema bancario global -o en el sistema financiero en su conjunto- pueda reaparecer e intensificarse, lo que resultaría en un endurecimiento más persistente del mercado financiero mundial. condiciones, con los consiguientes impactos en el acceso y costo del financiamiento.

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