mayo 27, 2024

En mayo comenzará un nuevo ciclo de siembras de trigo, puntapié inicial de una zafra cuyo éxito dependerá no solo de la pronta salida de la peor campaña en dos décadas para la cadena agroindustrial, sino también de la recuperación de mayores holguras en la hoja de balances. El mercado externo argentino con miras al 2024. Si bien la necesidad económica alienta la intención del productor de sembrar trigo, expertos de la Bolsa de Comercio de Rosario (Emilce Terré – Bruno Ferrari) destacan tres desafíos que aparecen como potenciales limitantes: la reserva de humedad en el suelo, la financiamiento que permita asegurar el paquete tecnológico que requiere el cultivo para expresar su máximo potencial de rendimiento y la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad suficiente.

En relación a las recargas de humedad del suelo, a pesar de los pronósticos que indicaban que las lluvias se desbloquearían a partir del otoño, estas no han alcanzado en milímetros y coberturas para suplir el agudo déficit. La imagen que sigue muestra, a la izquierda, el mapa de clasificación de las reservas de humedad del suelo elaborado por GEA-BCR, y las dos siguientes, el mapa de anomalías pluviométricas tal y como aparece en la previsión para los próximos 7 días primero, y para el siguiendo 7 más tarde, ambos basados ​​en lo informado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos. La zona norte de Buenos Aires, epicentro de la sequía, exhibe pronóstico para los próximos 15 días a partir del 20 de abril, mostrándolo sin lluvia, con anomalías que superan los 50 mm por debajo del promedio histórico.

La segunda limitación se refiere a las necesidades de financiamiento del sector, las cuales dependen principalmente del costo de los insumos y del área a sembrar. En relación a la primera variable, los precios de los principales fertilizantes nitrogenados se han desinflado fuertemente respecto a los que prevalecían hace un mes. La mayor oferta disponible en relación con una demanda muy cautelosa ha llevado la relación insumo-producto del trigo a su nivel más bajo en cuatro años hacia fines de marzo, según la consultora Fertilizer Engineering.

En cuanto al área total a sembrar, se presenta incertidumbre, ya que la necesidad económica del productor se contrapone a las limitaciones antes mencionadas en el perfil de humedad del suelo, y la disponibilidad de fondos para maximizar el paquete tecnológico que permita expresar el mejor potencial de rendimiento. posible.

Mirando la historia reciente, si se deja de lado el desembolso necesario para sembrar la campaña 2022/23 (faticioso en cuanto al alto valor de los insumos que se combinó con una bajísima productividad), se observa que en los cinco ciclos precedentes la El productor argentino necesitó, en promedio, más de US$ 1.800 millones para sembrar trigo.

Finalmente, en relación a la disponibilidad de semilla, desde el INTA Oliveros la especialista Miriam Arango explicó que, a pesar de los temores iniciales por el estrés al que ha sido sometido el cultivo en el ciclo anterior, los resultados preliminares que reporta la Asociación de Laboratorios Privados (ALAP), así como el INTA y otros laboratorios de universidades públicas del país apuntan a un buen poder germinativo, del orden del 95% al ​​96%, y sin incidencia de patógenos. Si bien estos resultados son una instantánea que debe ser monitoreada en el futuro, ya que un buen análisis de la calidad de la semilla (poder germinativo y vigor) previo a la implantación permitirá evitar costos de resiembra, los hallazgos son auspiciosos. En cuanto a la cantidad, para la intención de plantación en base a las condiciones actuales, en principio no se detectarían dificultades. Sin embargo, el ajustado rendimiento de la campaña anterior podría provocar que, en caso de buenas lluvias y mejoren las condiciones, se empiecen a notar dificultades en algunas regiones para obtener el insumo. Por lo tanto, será importante seguir monitoreando este factor.

En este contexto, los contratos de trigo 2023/24 han comenzado tímidamente a cerrarse. A la fecha, suman poco más de 200.000 toneladas de tratos finales de trigo nuevo, de las cuales 145.000 se hicieron con una condición «por arreglar». Los 56.000 contratos restantes, con precio firme, fueron pactados a un valor que, luego de alcanzar un máximo relativo de US$ 267,65/t como promedio en febrero, se desinfló a US$ 253,14/t promedio, en el mes de abril.

Así, el precio del futuro DEC23, entregado en los puertos de Rosario, en Matba-Rofex alcanzó un máximo relativo de US$268/t el 14 de febrero, para cerrar la semana actual en US$238/t. Si bien este valor está muy por debajo de los US$ 315/t que alcanzó el trigo por estas fechas el año pasado, condicionado por el estallido de la Guerra entre Rusia y Ucrania, este valor aún se encuentra por encima de los vigentes a abril de 2020 y 2021, como se muestra en el gráfico adjunto.

el escenario mundial

A nivel internacional, a inicios de esta semana el mercado del trigo se vio impulsado por la incertidumbre que se registra en la región del Mar Negro, respecto a la continuidad del corredor seguro de granos que permite exportar a Ucrania.

La tercera prórroga del acuerdo finaliza el 18 de mayo y Rusia amenaza con no aprobar una cuarta si no se alivian las restricciones comerciales a sus productos agrícolas. Por otro lado, Polonia y Hungría anunciaron que se limitarían los ingresos por exportaciones de granos ucranianos a sus territorios, ya que ha habido manifestaciones de productores aludiendo que el gran volumen de granos que llegan desde Ucrania afecta los precios que reciben los productores. El miércoles, Polonia moderó la medida y permitiría que la mercancía se exporte solo en tránsito y no afecte la dinámica del mercado local. Además,…

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