La Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) finalizó el domingo. Esta 60ª edición reunió a líderes mundiales. Los debates se centraron en la situación en Oriente Medio, la ofensiva de Rafah y la guerra en Ucrania.
En la última jornada, que puso fin a tres días de debates sobre cuestiones geopolíticas, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó que las cuestiones geopolíticas más importantes a las que se enfrenta hoy la Unión Europea están relacionadas con Ucrania, Gaza y los países del sur, también como defensa.
Respecto a Ucrania, también advirtió que «por primera vez en nuestra historia, tenemos que suministrar armas a un país en guerra» y que «esto nos obliga a trabajar juntos, más rápido y mejor».
«Quizás hemos dudado demasiado, con demasiada frecuencia. Hace dos años estábamos dispuestos a regalar cascos. Hoy regalamos F-16, pero dos años después […] Si hubiéramos tomado esta decisión antes, tal vez la guerra habría sido diferente», añadió.
Josep Borrell también habló de la situación en la Cisjordania ocupada, señalando que la violencia perpetrada por los colonos judíos contra los palestinos ha ido en aumento desde el 7 de octubre.
Varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, han impuesto sanciones contra algunos colonos israelíes considerados «extremistas», en particular congelando sus activos. Desde el 7 de octubre, las ONG han informado de decenas de asentamientos ilegales.
Para Josep Borrell, la situación en la Cisjordania ocupada es un obstáculo real para la solución de dos Estados.
A propósito de la Franja de Gaza, el jefe de la diplomacia europea reiteró sus recelos ante una ofensiva del ejército israelí en Rafah, donde se concentran más de un millón de personas.
También declaró: «Sin una perspectiva clara para el pueblo palestino, no habrá paz en el Medio Oriente y la seguridad de Israel no podrá garantizarse sólo con medios militares».
