El amor y la geopolítica se casaron en Jordania cuando el príncipe heredero Hussein, el hijo mayor del rey Abdalá II, se casó con la arquitecta saudí Rajwa Alseif, hija de un riquísimo empresario muy cercano a la familia real saudí.
A la boda, un evento histórico de tres días en Jordania, asistieron numerosos miembros de la realeza mundial, así como líderes políticos y poderosos empresarios.
Los invitados a las celebraciones incluyeron a la Primera Dama de los Estados Unidos, Jill Biden, el Rey y la Reina de los Países Bajos, el Rey Emérito de España, Juan Carlos I, quien apareció junto a su esposa, la Reina Sofía, y el Príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Kate.
Para los invitados, así como para el pueblo jordano, el matrimonio representa la continuidad de un reino apreciado por su estabilidad.
Los observadores dicen que refresca la imagen de la monarquía después de las disputas palaciegas.
Además, podría ser el comienzo de un acercamiento entre la (pobre) Jordania y su rico vecino saudí que podría traducirse en inversión y prosperidad.
Las familias y sus invitados se reunieron en una glorieta al aire libre adornada con flores y rodeada de jardines paisajísticos para una ceremonia de boda musulmana tradicional conocida como «katb al-ketab».
La multitud estalló en aplausos tras la firma del contrato de matrimonio. De ahora en adelante, Alseif será conocida como Su Alteza Real la Princesa Rajwa Al Hussein, según un decreto real.
Los recién casados emergieron más tarde del palacio en un Range Rover personalizado blanco escoltados por varios Land Rover rojos brillantes, motocicletas y una banda de música militar, un guiño a las tradicionales procesiones a caballo durante el reinado del fundador del país, el rey Abdullah I.
El reino declaró el jueves feriado público para que multitudes de personas pudieran reunirse para saludar a la caravana de automóviles de la pareja en medio de una fuerte presencia de seguridad en toda la ciudad. Decenas de miles de simpatizantes asistieron a conciertos gratuitos y eventos culturales.
Los 11 millones de residentes de Jordania han visto cómo el joven príncipe heredero ganaba prominencia en los últimos años, a medida que se unía cada vez más a su padre, Abdullah, en apariciones públicas.
Hussein se graduó de la Universidad de Georgetown, se unió al ejército y obtuvo cierto reconocimiento mundial al hablar en la Asamblea General de la ONU.
Su boda, dicen los expertos, marca su próximo rito de iniciación crucial.
