El gobierno saliente del primer ministro italiano, Mario Draghi, recortó el miércoles el pronóstico de crecimiento económico del próximo año al 0,6% debido al aumento de los costos de la energía.
No obstante, dijo que los ingresos aún garantizarían una mejora en las finanzas públicas.
El producto interno bruto en la tercera economía más grande de la eurozona «disminuirá levemente» durante la segunda mitad de este año, dijo un comunicado del gobierno.
Las nuevas proyecciones de crecimiento resaltan los desafíos económicos que enfrenta Giorgia Meloni, quien lideró un bloque de derecha a la victoria en las elecciones del domingo y se espera que sea nombrada primera ministra el próximo mes.
El Documento Económico y Financiero (DEF) anual del Tesoro dijo que el PIB se expandiría un 3,3% en 2022, frente a un pronóstico de 3,1% establecido en abril, gracias al crecimiento boyante durante los primeros seis meses.
La previsión del 0,6 % para el próximo año indica un empeoramiento considerable de las perspectivas en comparación con la meta anterior del 2,4 %.
Draghi ya ha destinado unos 66.000 millones de euros desde enero para intentar paliar la crisis energética agudizada por la guerra de Ucrania. Su sucesor probablemente tendrá que avanzar por el mismo camino.
Es posible que Meloni establezca nuevos objetivos poco después de asumir el cargo si cree que los recortes de impuestos y las medidas de gasto prometidos podrían estimular la economía.
