“Nos tiraron un aviso por debajo de la puerta”, dijo Ángel Aguirre, quien a finales de noviembre pasado perdió su trabajo en el área de Salud del municipio.
El extrabajador del Estado local habló con El Diario luego de las declaraciones realizadas el miércoles pasado por el alcalde Martín Gill, quien dijo que “cuando ha habido cambios en la planta de recursos humanos han sido absolutamente fundados”.
Aguirre declaró que a través de un papel, sin sello ni firma, le informaron que a partir del 25 de noviembre el municipio “prescindía de sus servicios por razones operativas en la zona”.
El hombre admitió que «veía venir esta decisión» porque había hecho reclamos laborales. “Esa misma mañana hice un reclamo por los salarios que me debían”, dijo, y recordó que también planteó preguntas sobre la ropa.
Precisó que estaba por cumplir dos años de trabajo en el sector.
Luego de lo ocurrido con él, lo mismo sucedió con Micaela Marveggio el 1 de diciembre y con Mara Pacheco el 1 de enero.
Aguirre sostuvo en su charla con este diario que las mujeres se quedaron sin trabajo sólo a raíz de lo que le pasó a él, sin motivo alguno que lo justifique.
“Pueden decir de mí que les molestaron las notas presentadas o porque me basé en la Carta Orgánica Municipal (COM) para hablar de los concursos, pero de ellos no tienen nada”, subrayó finalmente.
Como se sabe, los sindicatos realizan movilizaciones para reclamar la precariedad laboral en la planta de trabajadores municipales y por los despidos en Salud, entre otros motivos.
Además, se corta el diálogo con el Gobierno.
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