mayo 8, 2024

“Hay temas que sin duda hay que mejorar: hay tarifas, hay circunstancias, hay inconvenientes, falta infraestructura, equipamiento, sobre todo en las sedes”, dijo el rector de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) en en el marco del vigésimo octavo aniversario de su fundación.

Sin embargo, resaltó que la casa de altos estudios “ocupa un lugar importante en diferentes dimensiones”. Al respecto, remarcó: “A nivel interuniversitario somos casi 60 en el sistema y la UNVM es un referente”. Aunque, dijo, no es comparable con la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad de Buenos Aires (UBA), Cuyo, Litoral o La Plata, por donde pasan más de 300.000 estudiantes, aseveró que la institución local ha alcanzado «un cierto punto de madurez».

Y agregó: “Hoy podemos mostrar números, desarrollos, objetivos alcanzados similares a los de otras universidades que tienen el doble de tiempo que la nuestra”.

En ese sentido, al mismo tiempo, sostuvo que la excelencia es un objetivo que “se escapa; Es el horizonte».

Por otro lado, se mostró orgulloso porque recientemente, y como sucede por obligación cada cierto tiempo, al someterse a una evaluación externa de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), advirtió que, en el informe, la sugerencias van encaminadas a seguir consolidando la línea de trabajo que vienen realizando.

mirando el futuro

En cuanto a los desafíos que quedan por enfrentar y los que no pueden ser abordados de manera unilateral, Negretti señaló que el principal es la inclusión. Al respecto, afirmó que si bien la universidad es un espacio al que tienen acceso “los hijos e hijas de los trabajadores o los propios trabajadores”, hay muchos que todavía no pueden hacerlo por diferentes razones: geográficas, económicas, culturales y sociales. .

Por ello, dijo, es necesario «redoblar esfuerzos». Y agregó que una de las herramientas, entre muchas, es la virtualidad.

Otro de los ejes en los que se detuvo Negretti está vinculado al tiempo de estudio de los estudiantes hasta que se gradúan o posgradúan.

“En otros países de América Latina, por no hablar de Europa o Estados Unidos, graduarse o posgraduarse es una tarea mucho más sistemática que aquí. Aquí, por muchas razones: la universidad es gratis y hay gente que se toma su tiempo porque puede trabajar mientras estudia, puede tener una familia, y eso está lejos de ser un problema; es una virtud en nuestro sistema”, precisó.

En cualquier caso, ha señalado que hay una diferencia importante entre lo que dura teóricamente una carrera y lo que sucede en la práctica. “En promedio, una carrera de cinco años se hace en siete y medio, ocho”, describió. Algunos, por supuesto, cumplen los plazos, pero en muchos casos se duplica el tiempo de recorrido. “Es demasiado, 40, 50% más de lo que se espera”, explicó.

Con respecto a las causas de este fenómeno, mencionó que son “multicausales”. Así, elaboró: “La pandemia no ha beneficiado la formación del nivel Medio. Los estudiantes no llegan con las herramientas para enfrentar sus desafíos, en su mayoría”.

Y agregó: “La universidad argentina es autónoma y esa autonomía se traslada a cada una de las carreras ya cada uno de los espacios curriculares. Entonces, a veces, se malinterpreta esa autonomía y se cree que cada sección, cada instituto, cada carrera, cada espacio curricular o equipo de espacios curriculares tiene la libertad de tomar decisiones que a veces no van en la misma dirección que el interés de los alumno. que está transitando”.

Esta situación, dijo Negretti, no es típica de Villa?María, pero es «sistémica». Sobre este aspecto, enfatizó: “Nuestros números son mejores que los del resto, pero por poco, y no nos satisface nada”.

Luego, reflexionó: “Nos preocupa el tiempo del estudiante; el tiempo que la comunidad necesita para que ese estudiante sea un profesional. Por eso estamos multisectorialmente abordando el tema en coordinación con el Nivel Medio”.

Al respecto, dijo que están implementando estrategias para que los estudiantes ingresen mientras están en el bachillerato, con el objetivo de acercarlos y “poder perfilar vocaciones con anterioridad”.

Al mismo tiempo, resaltó el papel de las escuelas PROA, en las que el estudiantado sale con una orientación en biotecnología “y puede optar por alguna de las carreras epistemológicamente señaladas en ese sentido”.

Y concluyó: “No hay medida que se pueda tomar para resolver esta circunstancia. Es multicausal y debe haber una batería de medidas que lo mejoren”.

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