mayo 4, 2024

Importaciones de alimentos sumarán récord de casi dos mil millones de dólares en 2022 por inflación

La factura global de importación de alimentos aumentará a 1,94 billones de dólares en 2022, una cantidad que supera las proyecciones que se habían realizado, informó este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La cifra, que marcaría un máximo histórico y supondría un incremento del 10% respecto al nivel récord de 2021, sería resultado, sobre todo, de la inflación que se registra a nivel global, especialmente en los precios de los energía y fertilizantes.

La FAO explicó que la mayor parte del incremento corresponde a países de altos ingresos, que también incrementarán los volúmenes de importación. Mientras tanto, la factura de los países de bajos ingresos se mantendría sin cambios, aunque en términos de volumen se reduciría en una décima, poniendo de manifiesto la creciente falta de acceso de estas naciones a los mercados mundiales de alimentos.

El director de la División de Mercados y Comercio de la FAO, Boubaker Ben-Belhassen, afirmó que este escenario es “una señal alarmante desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, que indica que los importadores tienen dificultades para financiar los crecientes costos internacionales, y que podría presagiar el fin de su resistencia a precios internacionales más altos”.

“Hay razones para tener serias preocupaciones. El aumento de las facturas de importación de insumos agrícolas se suma al aumento de las facturas de importación de productos alimenticios, especialmente para los países de las categorías de ingresos más bajos, lo que, junto con la fortaleza del dólar, está ejerciendo una gran presión fiscal adicional sobre estos países. ”, señaló Ben-Belhassen.

A pesar de este panorama, la FAO estima que podría haber cierta relajación de las condiciones de los mercados mundiales de alimentos en 2023, aunque no sin un aumento de la incertidumbre.

Planta química en Minamata, Japón

Museo Municipal de la Enfermedad de Minimata

Planta química en Minamata, Japón

Es urgente reducir las emisiones a gran escala de las industrias cementera, siderúrgica, química y petroquímica para alcanzar los objetivos climáticos

El mundo no podrá limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C para finales de siglo si las industrias del acero, química, petroquímica y del cemento no actúan rápido y a gran escala para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, según un nuevo informe. advierte de las comisiones regionales de la ONU.

El estudio indica que estos sectores generan el 25% de las emisiones totales de CO2 y el 66% de las de toda la industria.

El cemento, el hierro, el acero y los productos químicos y petroquímicos son la columna vertebral de las economías modernas y marcan el punto de partida de muchas cadenas de valor industriales, proporcionando tanto materias primas como procesadas, pero existen caminos para que hagan la transición a una economía neutra en carbono mientras manteniendo o incluso mejorando su competitividad, dice el informe, instando a las empresas de estos sectores a actuar sin demora.

Entre las formas de acelerar la reducción de emisiones, la ONU enumera, entre otras, el desarrollo de tecnologías innovadoras, la adopción de los conceptos de economía circular del carbono, el desarrollo de la capacidad institucional para apoyar la transición hacia industrias limpias, la promoción de alianzas público-privadas y el fomento de la cooperación regional.

Familia desplazada recolectando agua durante el invierno en Kabul, Afganistán.

© ACNUR/Andrew McConnell

Familia desplazada recolectando agua durante el invierno en Kabul, Afganistán.

Las familias desplazadas afrontarán grandes dificultades este invierno

Las duras condiciones del próximo invierno se sumarán a los flagelos que ya sufren millones de personas que han tenido que huir de sus hogares a causa del conflicto o la persecución, advirtió la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

La escalada de los precios de los alimentos y la energía, el impacto prolongado de la pandemia de COVID-19, los fenómenos meteorológicos extremos debido a la crisis climática y el invierno obligarán a muchas familias desplazadas a elegir entre alimentos o calor, con dificultades para calentar sus hogares, conseguir ropa de abrigo y cocinar comida caliente.

Según ACNUR, el próximo invierno será un desafío mucho mayor que en los últimos años para las personas desplazadas de Ucrania, Afganistán y Medio Oriente.

La Agencia estima, por ejemplo, que 3,4 millones de refugiados y desplazados internos sirios e iraquíes en Siria, Líbano, Jordania, Irak y Egipto necesitarán asistencia básica para prepararse y afrontar el invierno.

En Afganistán, además de la profunda crisis humanitaria que ya afecta a la población, aún se registran desplazamientos por inundaciones repentinas y sequías en diferentes zonas.

Mientras tanto, los millones de ucranianos desplazados han perdido sus medios de subsistencia y se enfrentan a un frío intenso ya continuos cortes de electricidad, calefacción y suministro de agua.

ACNUR señaló que, a pesar de las crecientes necesidades humanitarias, la financiación de las operaciones de ayuda sigue siendo insuficiente, lo que le obligó a reducir recientemente los programas esenciales en varios países.

La Agencia de la ONU está llevando a cabo una campaña mundial de recaudación de fondos para el invierno cuyos fondos se destinarán a ayudar a las familias desplazadas en Afganistán, Oriente Medio y Ucrania.

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