Una investigación publicada este miércoles por la revista científica Progress in Oceanography reveló que El krill antártico, organismo clave para las cadenas alimentarias de la zona, sufrirá una importante reducción de su biomasa a finales de este siglo.
Toda la fauna que habita las costas y el aire de la Península Antártica, una de las zonas más inhóspitas y hermosas del planeta, tiene un vínculo vital con esta diminuta especie, que no supera los seis centímetros en su etapa adulta.
El estudio, impulsado por un grupo de científicos de varias instituciones chilenas, entre ellas la Universidad de Concepción (UdeC) y el Centro de Investigación de Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), buscó determinar qué sucede con esta especie en condiciones climáticas futuras.
En total se realizaron tres proyecciones climáticas ambientales bajo parámetros como la extensión del hielo marino y la concentración de clorofila, además de incorporar la acción del ser humano a variables como la pesca del krill en todas sus formas y frecuencias.
El futuro de este organismo, determinó el estudio, está fuertemente ligado a variables ambientales, implicando con su disminución un desplazamiento de especies que dependen de él como pingüinos y focas cangrejeras.
«Con este no estamos hablando de un colapso en la red alimentaria, pero significará una gran reestructuraciónno solo con respecto a quienes suben o bajan por las redes tróficas, sino a nivel espacial, porque obligará a quienes dependen de este recurso a moverse para encontrarlo”, comentó la oceanógrafa del Centro IDEAL y coautora de el estudio, Dra. Andrea Piñones.
Si bien el impacto de la pesquería sobre la cantidad de krill fue bajo, lo cierto es que la ausencia de estudios que registren su distribución espacial y estacional (por temporadas de pesca) puede subestimar su efecto real sobre el ecosistema.
“Los resultados de esta investigación sugieren una fuerte disminución de la biomasa de krill antártico entre ahora y finales de siglo bajo todos los escenarios climáticos e independientemente de la presión pesquera”, dijo el oceanógrafo de la UdeC y líder de investigación, el Dr. Juan Testa.
“Los próximos pasos serán corroborar los resultados obtenidos en campo y mejorar el modelo para que represente mejor el ciclo de vida de la especie y la distribución de las pesquerías, para así obtener proyecciones más representativas”, concluyó.
