Desde que falleció la reina Isabel, la rey carlos No solo ha heredado la importante posición como jefe de estado, sino también un patrimonio impresionante. Aunque una parte es propiedad pura y exclusivamente del monarca, como es el caso de Balmoral, otra corresponde a la corona.
Entre estos bienes destaca el caso de Hampton Court, una de las propiedades más emblemáticas del Reino Unido, que pertenece a Carlos III por derecho de Corona, pero sobre la que no tiene la gestión, sino el Gobierno.
Se encuentra en la orilla norte del Támesis, cuenta con 241 chimeneas, 1.390 habitaciones, cinco patios y una superficie de 47.330 metros cuadrados. A su alrededor, tiene 60 hectáreas de jardines y otras 750 de zonas verdes. Su construcción se remonta a Enrique VIII, uno de los monarcas más reconocidos de la historia de Inglaterra.
Este lugar, a pesar de su belleza, magnificencia e historia, está lleno de misterios. Pocos días después de dar a luz al príncipe Eduardo, Jane Seymour, la tercera esposa de Enrique VIII, murió por complicaciones posparto en Hampton Court. Desde entonces, se dice que cada octubre, alrededor de la fecha de nacimiento de Edward, aparece una figura cerca de la habitación donde murió Jane y muchos la interpretan como su fantasma.
Pero no es el único. Su quinta esposa, Catherine Howard, aunque no murió en Hampton, fue ejecutada en 1542 en la Torre de Londres y se rumorea que su fantasma ronda la Galería Embrujada. También está el espectro de Sybil Penn, sirvienta de los monarcas y nodriza de Eduardo VI, quien contrajo viruela y murió.
Este sitio es, sin duda, una de las propiedades más atractivas y llamativas que tiene el hijo de la reina Isabel.