mayo 18, 2024

“Honey vino a nuestra región para salvarnos. Ahora, literalmente, vivimos con más dulzura”, dice entre risas Sandra Márquez cuando le preguntan por Campo Dulce, la comercializadora de miel que ella administra y en la que participan campesinos, indígenas, familias desplazadas por la violencia, madres cabeza de familia. y víctimas del conflicto.

“Aquí hay sitio para todos”, añade, porque según esta mujer emprendedora, “las abejas nos enseñan a trabajar en equipo y vivir en comunidad”. Y es que Sandra no exagera al afirmar que en Campo Dulce no hay diferencias. Más de 1.000 familias de la región del Bajo Cauca antioqueño (una de las zonas históricamente más golpeadas por la violencia en Colombia), trabajan juntas para producir una de las mejores mieles del norte del país.

El proyecto nació en 2007 en el municipio de El Bagre, Antioquia, como una alternativa para que cientos de familias tuvieran una fuente de trabajo alejada de cualquier negocio ilegal. Cinco fundaciones (FIBARTE, ASCABIA, ASOPISNAR, ASOCUTURU Y LA RED NUDO DEL PARAMILLO) se unieron para encontrar una actividad sostenible que permitiera desarrollar y promover nuevas opciones productivas en una región de tradición minero-ganadera.

La apicultura parecía la opción ideal. “La cría de abejas es diferente a la cría de ganado, por ejemplo. No se necesitan grandes extensiones de terreno, ni una inversión millonaria y esto fue lo que más nos llamó la atención”, explica Sandra. Las familias aprovecharon una especie de árbol nativo de la región, llamado Acacias, y allí instalaron unidades de producción apícola, para aprovechar el néctar floral extra que ofrece esta especie.

Y poco a poco el boom de las abejas se fue apoderando del Bajo Cauca antioqueño. Tener uno o más panales era el deseo de la mayoría de las familias de la región. “La ilusión era muy grande. Empezamos a ver cómo la gente de la región se juntaba, sin importar su origen, para producir cada vez más miel”, recuerda Sandra. Atrás quedaron los cultivos ilícitos y la minería ilegal.

Día a día se fue sumando una nueva familia y en equipo, como las abejas, el sueño se materializó.. El apoyo fue llegando y lo que comenzó como un proyecto sectorial, impulsado por cinco fundaciones, se amplió y con la ayuda del Gobierno Nacional y organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estas casi 1000 familias se convirtieron en reinas de la miel más pura y 100% natural en todo el Bajo Cauca Antioquia.

No en vano, para la agencia de la ONU, la articulación con Campo Dulce ha permitido un avance significativo como Sistema Territorial de Innovación Agropecuaria en la cadena apícola, con un componente importante: el vínculo entre el desarrollo empresarial y el emprendimiento.

El sector apícola del Bajo Cauca, en el departamento colombiano de Antioquia, produce actualmente unas 350 toneladas de miel, de las cuales aproximadamente el 60% es producido por este proyecto liderado por la FAO.

fabio rodriguez

El sector apícola del Bajo Cauca, en el departamento colombiano de Antioquia, produce actualmente unas 350 toneladas de miel, de las cuales aproximadamente el 60% es producido por este proyecto liderado por la FAO.

Capacitación para la transición de cultivos ilícitos a legales

“Empezamos a recibir capacitaciones en asistencia técnica, en buenas prácticas agrícolas para la apicultura y así empezó la transición de los cultivos ilícitos a los legales”, agrega Sandra.

Hombres y mujeres que durante décadas, a la fuerza, no conocieron otra forma de ganarse la vida que los negocios alejados de la legalidad, hoy saben más que nadie sobre la miel y cómo se rentabiliza.

Alejandro Álvarez, uno de los productores que integran la asociación, recuerda que al principio fue duro. Les llevó horas y horas de entrenamiento, pero ahora los resultados son más que satisfactorios. “Al principio vimos que teníamos que darle todo a unas empresas intermediarias, porque no teníamos el conocimiento en todas las áreas de producción y comercialización y veíamos que las ganancias se las llevaba otra empresa. Entonces decidimos estudiar, aprender y buscar la conexión con otras empresas para hacer mejores negocios.”.

Sin embargo, para que todos los conocimientos adquiridos fueran aplicados de manera efectiva, se requerían insumos técnicos e industriales que, en un principio, eran casi inalcanzables para las familias. Fue allí donde la ayuda del Estado fue fundamental. La Agencia de Renovación Territorial, ART, como entidad encargada de trabajar con los municipios más afectados por la violencia, fue la encargada de dotar a Campo Dulce de las herramientas necesarias para producir la mejor miel de la región.

“Con Campo Dulce ejecutamos un proyecto de entrega de colmenas, insumos, herramientas, trenes de laminación, adecuación de plantas y asistencia técnica, por un valor de 1.400 millones de pesos. Además, llevamos a cabo la estructuración de un proyecto de fortalecimiento de las unidades productivas agropecuarias de la zona. Estas acciones y muchas otras se implementan para ayudar al trabajo productivo de la apicultura y fortalecer el proyecto en la región”, agrega Luis Gabriel Guzmán, subdirector de Desarrollo Económico, de ART.

El sector apícola del Bajo Cauca, en el departamento colombiano de Antioquia, produce actualmente unas 350 toneladas de miel, de las cuales aproximadamente el 60% es producido por este proyecto liderado por la FAO.

fabio rodriguez

El sector apícola del Bajo Cauca, en el departamento colombiano de Antioquia, produce actualmente unas 350 toneladas de miel, de las cuales aproximadamente el 60% es producido por este proyecto liderado por la FAO.

Beneficios secundarios, no tan secundarios

Luego de 15 años de intenso trabajo, Campo Dulce es ahora el jarabe con el que el Bajo Cauca Antioqueño ha sanado sus heridas del pasado. No sólo se convirtió en un negocio rentable, sino que, gracias a la apicultura la flora se diversificó y le dio a las mujeres de la región un lugar que les había sido arrebatado por años.

En las plantas de Campo Dulce, el 75% de los trabajadores son mujeres, cifra de la que su gerente se siente muy orgullosa. “A veces las mujeres tienen esa parte vulnerable que las lleva a dedicarse solo a sus hijos, pero trabajar con abejas ha fortalecido la línea de equidad de género, porque es una actividad que las madres pueden hacer sin dejar solos a sus hijos. «, Él dice.

“Si no trabajáramos en equipo, ninguna empresa avanzaría y las mujeres son fundamentales aquí, en todas las etapas. Son como abejitas fuertes y laboriosas”, admite Alejandro Álvarez.

Actualmente, el sector apícola del norte de Colombia produce unas 350 toneladas de miel y aproximadamente el 60% está a cargo de este proyecto de esta asociación de víctimas del conflicto.

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