El ministro del Interior de Italia dijo el miércoles que lamentaba las tensiones con París por los inmigrantes, que se dispararon la semana pasada después de que un barco de caridad que el país rechazó atracó en el sur de Francia para desembarcar a unas 230 personas rescatadas en el mar.
El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, dijo que la embarcación Ocean Viking, que tiene bandera noruega y está dirigida por la organización no gubernamental (ONG) SOS Mediterranée, decidió «autónomamente» dirigirse hacia la costa francesa, después de pasar días fuera de la isla de Sicilia.
«Italia nunca apuntó a tal decisión, que creó tensiones internacionales… y podría tener repercusiones en las políticas migratorias a nivel europeo», dijo Piantedosi a la cámara alta.
Francia acusó al gobierno de derecha recién formado en Roma de romper un lazo de confianza y violar las leyes internacionales sobre salvaguardas migratorias, diciendo que no aceptaría a los 3.000 inmigrantes que se había comprometido previamente a aceptar de Italia.
La primera ministra Giorgia Meloni respondió describiendo la reacción de París como «incomprensible e injustificada». La disputa pareció enfriarse solo el lunes después de las conversaciones entre los presidentes de Italia y Francia, Sergio Mattarella y Emmanuel Macron.
SOS Mediterranée reaccionó a Piantedosi en Twitter, diciendo que Italia no le dejó «otra opción que pedirle a Francia un puerto seguro».
Piantedosi, un funcionario de carrera e independiente, insistió en que, según el derecho internacional, Italia no tiene la obligación de hacerse cargo de los migrantes rescatados por «barcos privados» y dijo que los barcos de caridad que enarbolan la bandera de otros estados deberían acudir a ellos en busca de ayuda.
«Italia siempre ha enfatizado la necesidad de que las llegadas de inmigrantes no afecten solo a los países en la frontera exterior de Europa», dijo Piantedosi, quien también criticó las reubicaciones insuficientes bajo un esquema de distribución de la carga de la UE.
También afirmó que el país está considerando ofrecer canales de migración a países que acepten repatriaciones y ayuden a prevenir las salidas por mar.
“El objetivo sería combatir el tráfico de migrantes y, al mismo tiempo, fortalecer los canales de entrada legal”, dijo.
Italia ha visto un fuerte aumento en los desembarcos de inmigrantes este año, con casi 93.000 personas llegando en lo que va de 2022, en comparación con 59.300 en el mismo período del año pasado. Alrededor del 15% fueron recogidos por embarcaciones benéficas.
Sin embargo, el año pasado el país admitió menos refugiados como porcentaje de su población en comparación con vecinos de la UE como Francia, Alemania y España, como muestran los datos del grupo de expertos ISPI, y en los últimos dos años procesó menos solicitudes de asilo.
