
Las tradiciones monegascas se unen en una dramática coincidencia Carolina de Mónaco y su sobrina, Gabriella de Monaco, quienes serán eclipsadas por el resto de sus vidas por sus hermanos varones.
Sucede que en el Principado de Mónaco, como en otras Casas Reales, aún rige la Ley Agnática, que prioriza a los hombres sobre las mujeres para cumplir las funciones más importantes, es decir, asumir el trono de su Reino.
A Carolina de Mónaco Le sucedió al Príncipe Alberto, que, a pesar de haber nacido un año después, se convirtió en Monarca tras suceder a su padre, Raniero.
Algo similar ocurrirá con Gabriella y Jacques, los hijos de Charlene de Mónaco, que son gemelos. En su caso, no importa que la pequeña Gabriella haya nacido antes, ya que su hermano está destinado a suceder a su padre.
Aunque muchas Monarquías europeas atraviesan momentos de cambio y modernización, nada se ha dicho todavía de modificar las normas por las que la mujer queda en un segundo plano, en detrimento de sus hermanos varones.
Para la hermana del Príncipe Alberto, esto supuso una enorme dificultad y, sin duda, pudo haber afectado a sus relaciones con el resto de la Familia Real. También, para muchos, marcó sus contactos con Charlene de Mónaco.

Hace un tiempo, el príncipe Alberto expresó sus deseos de que Gabriella pudiera secundar a Jacques en la dirección del Principado, algo para lo que ambos se están preparando desde muy jóvenes.
Con una personalidad más extrovertida, la pequeña Gabriella podría ser un buen complemento para Jacques cuando llegue el momento de asumir roles más importantes dentro de la Corona. Al menos así lo ha visto su padre.
Pero el mayor de los miembros de la Casa Grimaldi no es el único que se ha visto privado de un posible reinado en Europa. Una situación similar ha ocurrido con la infanta Elena y el rey Felipe o con Marta Luisa de Noruega, que deberá ver coronado a su hermano Haakon como sucesor del rey Harald.