mayo 27, 2024

Octubre se ha convertido en un mes de definiciones para los cultivos argentinos. Las esperadas lluvias permitieron recomponer el perfil de humedad del suelo en regiones clave, pese a que al oeste bonaerense y el centro norte de Córdoba aún falta sumar más milímetros. Esto, combinado con la mayor superficie plantada en seis años, con 17,4 millones de hectáreas, permite proyectar una producción de soja de 50 millones de toneladas; es decir, dos veces y media lo obtenido en el ciclo anterior.

Sumando el carry entre campañas y la previsión de importaciones, la oferta total de soja en Argentina se estima en 58 Mt, en línea con el promedio de las últimas diez campañas y un 54% más que la 2022/23. Con esto, se puede predecir que el procesamiento de la industria petrolera crecería a 39 Mt, un aumento cercano al 50% respecto al ciclo anterior.

En Argentina, el 30% de los dólares que ingresan por exportaciones provienen del complejo agrícola. Por eso se espera como maná caído del cielo la reactivación de la industria clave para el comercio exterior argentino. Para el ciclo actual, las exportaciones netas del complejo sojero se estiman en apenas 8 mil millones de dólares, el valor más bajo en casi 20 años, desde la campaña 2003/04.

En tanto, para la nueva campaña 2023/24 y como resultado de la recomposición productiva, se proyecta un ingreso de dólares por exportaciones netas de soja y productos derivados por US$ 18 mil millones, diez mil millones más que la campaña pasada y por encima del promedio de los últimos 5 años, aunque todavía por debajo de las marcas de 2020/21 y 2021/22.

El grueso de los ingresos por ventas al exterior se produce históricamente en los dos primeros trimestres de la campaña, que representan de media el 61% del valor de las exportaciones. Así, se podría esperar una normalización de los volúmenes del comercio exterior a partir de abril del próximo año.


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