Después de un acuerdo negociado por la UE por el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, entre el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, en Ohrid con mediadores europeos, creado en una cumbre el sábado pasado, muchas cosas siguen sin estar claras y sujetas a interpretación.
El trato se basa en un acuerdo de caballeros porque la parte serbia no firmó el documento.
Miroslav Lajčak, enviado de la UE para el Diálogo de Serbia y Kosovo, explicó a Euronews Serbia: «Nuestra preferencia, como facilitador de la UE, era que se firmara el documento. Y esta fue nuestra propuesta a las partes. (Sin embargo), el presidente Vucic dejó bastante claro que él no estaba en condiciones de firmar este documento. Estaba citando limitaciones constitucionales. Hicimos varias propuestas sobre cómo abordar este problema, pero fueron rechazadas».
Según los expertos en derecho internacional (y el artículo 3 de la Convención de Viena sobre derecho contractual), los acuerdos orales pueden ser válidos y vinculantes. El presidente serbio aclara su posición.
Aleksandar Vučić, presidente de Serbia, dijo: «Para Serbia, es legalmente vinculante cuando pongo una firma o sello en algo, o cuando lo acepto verbalmente. Y nadie más puede producir una consecuencia legal para la República de Serbia, excepto para su presidente y, en algunos casos, el primer ministro y el ministro de asuntos exteriores»
El vocabulario diplomático a menudo está sujeto a varias interpretaciones. Los ciudadanos albaneses de Kosovo en Pristina también están confundidos y escépticos.
«Cada acuerdo que se hizo en el pasado fue un acuerdo con un garante, mientras que este no tiene firmante ni garante. Entonces no tengo fe en que se pueda hacer algo».
“Dudo de su éxito porque lo veo como un acuerdo sin firma. Tiene algún tipo de efecto, pero tengo dudas, porque sin firma puede haber cambios de lo que las partes pudieron haber pactado”
A pesar del optimismo moderado y diplomático de los negociadores de la UE, parece improbable una normalización de las relaciones entre Kosovo y Serbia a finales de marzo. Gabriel Escobar, el negociador estadounidense en este proceso menciona ahora finales de 2023 como nuevo plazo para solucionar el problema.
