mayo 22, 2024

La acrópolis del antiguo sitio maya Edzná, en el sureste de México, impresiona por su grandeza en un lugar escondido en medio de la selva. Este lugar es uno de los más visitados de la Península de Yucatán y del país. Importante atractivo turístico para la economía nacional, estatal y local.

Al ingresar al sitio arqueológico se descubrió en 1907, un letrero que dice: “A partir de 1986 se impulsó un programa con fondos de la comunidad internacional para emplear refugiados guatemaltecos en trabajos de mantenimiento, excavación y restauración”.

Si bien la exploración del sitio comenzó en 1928 y se realizaron algunos trabajos de excavación 30 años después, el sitio fue rehabilitado por el equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a mediados de la década de 1980, con el apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR), y posteriormente con la Unión Europea.

“Fue un proyecto muy largo que empezó en 1986 y terminó casi en el año 2000. Fue un proyecto con varias etapas, (…) a través de las cuales se generaron fondos para la restauración arqueológica de diferentes estructuras en el sitio. En este proyecto que dirigió y sigue dirigiendo el arqueólogo Antonio Benavides, se exploraron y restauraron diferentes edificaciones del sitio, y en este proceso participaron tanto refugiados guatemaltecos como trabajadores mexicanos”, explica la directora del Centro INAH en Campeche, Adriana Velázquez Morlet. .

Refugiados guatemaltecos participan en trabajos de restauración en el sitio arqueológico de Edzná en 1994.

Refugiados guatemaltecos participan en trabajos de restauración en el sitio arqueológico de Edzná en 1994.

guerra civil y migración

La Guerra Civil en Guatemala a principios de la década de 1980 provocó que miles de guatemaltecos huyeran de su país. A partir de 1981 se inició la llegada masiva de refugiados guatemaltecos a México. Se estima que alrededor de 46.000 guatemaltecos se refugiaron en diferentes asentamientos del estado de Chiapas, particularmente en los municipios de Las Margaritas, La Independencia, La Trinitaria y Frontera Comalapa. También hay reportes de personas que llegaron a los municipios de Maravilla Tenejapa, Marqués de Comilla y Benemérito de Las Américas.

Esta situación marcó el inicio de las operaciones en México del ACNUR y de la Comisión Mexicana de Atención al Refugiado (COMAR) a fines de 1982.

En 1984, el 50% de los refugiados fueron reubicados en los estados de Campeche y Quintana Roo, donde se crearon varios asentamientos en Maya Tecún y Quetzal Edzná, en Campeche; así como Los Lirios, en Quintana Roo. Posteriormente, en Campeche se crearon los asentamientos de Santo Domingo Kesté y Los Laureles, mientras que en Quintana Roo desapareció el asentamiento de Los Lirios y se reubicaron personas en Kuchumatán, Maya Balam y La Laguna. Estos asentamientos son ahora pueblos formales integrados a la vida social, política y económica de esos estados.

El Gobierno de México, a través de COMAR y en conjunto con ACNUR, creó algunos proyectos para generar fuentes de empleo. Tal fue el caso de la restauración de Edzná, donde en su momento más activo trabajaban unos 400 guatemaltecos por mes.

“Desde 1986, con el apoyo de la comunidad internacional, se inició un proceso que involucró a los refugiados en las labores de rescate y recuperación de este sitio arqueológico”, dice Renée Cuijpers, representante adjunta de ACNUR en México, quien laboraba en la oficina que esta Agencia tenía en ese momento en Campeche.

“El trabajo comenzó temprano en la mañana y lo que hicimos los arqueólogos fue asignar un número determinado de personas a la exploración, es decir, a trabajar con pico y pala, con carretilla, con implementos delicados también cuando salía algún elemento importante, como un entierro, como un vaso, como una ofrenda. Y así fue como se avanzó en la exploración y restauración de las diversas edificaciones que hoy pueden visitarse en la zona arqueológica de Edzná”, recuerda Antonio Benavides, arqueólogo del citado Centro.

Refugiados guatemaltecos participan en trabajos de restauración en el sitio arqueológico de Edzná en 1994.

Refugiados guatemaltecos participan en trabajos de restauración en el sitio arqueológico de Edzná en 1994.

Experiencia enriquecedora

Como la mayoría de los guatemaltecos eran campesinos e indígenas, no hablaban español. Esta situación creó muchos desafíos para explicar las tareas y las herramientas especializadas utilizadas para el trabajo de excavación y restauración.

“Fue una experiencia muy innovadora, muy importante. Creo que tanto los mexicanos se adaptaron a trabajar con los guatemaltecos como los guatemaltecos se adaptaron a la forma mexicana de trabajar, entonces fue una experiencia muy enriquecedora que también nos permitió explorar una gran cantidad de edificios en el sitio. Hoy se pueden visitar unas diez hectáreas del asentamiento arqueológico y muy buena parte de estas edificaciones fueron exploradas en este larguísimo trabajo”, señala el director del Centro INAH Campeche.

Luis Castro, de 76 años, es una de las pocas personas que trabajaron en el sitio que aún se encuentran en la región. Tenía 35 años cuando huyó de Guatemala. Como en ese momento era promotor de educación, el campesino también aprovechó sus vacaciones para trabajar en Edzná.

“Albañilería, pegar piedras, arreglar piedras, pegar y remodelar, como dicen, pero ha sido un trabajo muy, muy especial, porque es algo muy llamativo. Hay que mantenerlo y todo eso. Entonces trabajamos”, dice.

“Me siento tranquilo porque hice un trabajo muy especial. Se puede decir que es para darte una idea de lo que es el parque. Me siento tranquilo, me siento feliz. Gracias a quienes nos tomaron en cuenta como guatemaltecos para poder trabajar allá también”, agregó el ahora naturalizado mexicano.

Luis Felicito Castro ha pasado la mitad de su vida en México.  Tenía 35 años cuando llegó a Chiapas en 1981. Participó en los trabajos de restauración de la zona arqueológica de Edzná.

Luis Felicito Castro ha pasado la mitad de su vida en México. Tenía 35 años cuando llegó a Chiapas en 1981. Participó en los trabajos de restauración de la zona arqueológica de Edzná.

Para Renée Cuijpers, este proyecto fue muy importante en la integración de los refugiados guatemaltecos de la época, ya que fueron capacitados, acompañados de expertos y pudieron participar en el proceso de restauración.

“También es una muestra del aporte de la comunidad refugiada a México, ya que hoy obviamente este es un sitio sumamente importante”, dice la representante adjunta de ACNUR México.

Si bien los refugiados guatemaltecos se naturalizaron y ya son mexicanos, como las generaciones que nacieron en México, el legado de aquellas personas sigue presente y eso…

Continuar leyendo este Titular: Edzná, una zona arqueológica de México restaurada con el apoyo de refugiados guatemaltecos