La industria manufacturera de las PYMES comenzó el año con una fuerte caída. En enero se registró un descenso del 30% en la facturación del sector medida a precios constantes respecto al mismo mes del año pasado. Es el segundo mes consecutivo que la actividad fabril se desacelera, lo que confirma una tendencia preocupante. En la comparación mensual desestacionalizada, también se registró una baja del 9,1%.
Cabe señalar que los datos provienen del Índice de Producción Industrial de las Pymes (IPIP) elaborado por la CAME, con una muestra que alcanzó a 413 industrias Pymes a nivel federal.
Las empresas operaron con el 70,8% de su capacidad instalada, mostrando una caída de 2,3 puntos porcentuales respecto a diciembre. El sector industrial está sintiendo con fuerza el deterioro del poder adquisitivo de las personas y la pérdida de competitividad en los mercados mundiales, lo que afecta a las empresas con perfil exportador. Asimismo, reducir la producción suele ser un proceso gradual, ya que involucra decisiones sobre inversiones, empleo y otros factores.
Por otro lado, la menor demanda de materias primas e insumos hizo que disminuyera considerablemente el número de industrias que reportaron problemas de reposición de stocks. El número de empresas que enfrentan dificultades para reponer sus existencias cayó al 38,8%, frente al 53,4% registrado en diciembre de 2023.
En resumen, las industrias PyME se preparan para un panorama complejo en los próximos meses. La rentabilidad industrial se está viendo amenazada por varios factores: La caída del consumo, producto del debilitado poder adquisitivo, sumado a la persistente inflación y el inminente aumento de tarifas de servicios públicos como la electricidad, generan un clima de zozobra y riesgo para la actividad. industrial.
Cabe señalar que todos los sectores manufactureros del segmento Pymes tuvieron fuertes caídas en la comparación anual, pero los más afectados fueron “Papel e Impresión” (-41,7%) y “Químicos y plásticos” (-35,6%)
