mayo 4, 2024

El ingeniero estadounidense Martin Cooper, inventor del teléfono móvil, cree que este dispositivo «se ha convertido en una extensión de la persona» y que estamos «solo al principio» de los cambios que nos esperan, e imagina un futuro con móviles adaptados a cada uno e incluso integrado en el cuerpo.

Cooper (Chicago, 1928), que esta semana fue reconocido por su trayectoria en el Mobile World Congress (MWC) -el mayor evento de tecnología móvil del mundo que se ha celebrado en la ciudad española de Barcelona (noreste)-, también pasará a la historia por haber realizado la primera llamada desde un teléfono móvil, que se produjo el 3 de abril de 1973.

Casi 50 años después de aquel momento histórico, Cooper recuerda en una entrevista con EFE quién fue el destinatario de aquella llamada realizada con un Motorola DynaTac 8000X, un «zapato» de casi un kilo que tardó 10 horas en cargarse y apenas tuvo 30 minutos de batería. vida. autonomía.

Cooper marcó el número de su homólogo competidor, Joel Engel, entonces jefe del departamento de investigación de Bell Laboratories. Eligió llamar a la compañía rival, dice, porque Bell en ese momento trató a Motorola con cierto desprecio, como si no supieran lo que estaban haciendo. «Joel, estoy llamando desde un teléfono celular. De uno real», le dijo. Y luego hubo «silencio» al otro lado de la línea, recuerda.

«No imaginamos que habría cámaras digitales o Internet, pero sabíamos que algún día todos tendrían un teléfono celular», dice Cooper.

La primera llamada de teléfono móvil se produjo el 3 de abril de 1973.

A sus 94 años, Cooper, Premio Príncipe de Asturias en 2009, se ha convertido en toda una celebridad en esta edición del MWC. No en vano, fue el inventor del móvil paseando por el congreso de móviles y todos reconocieron esas rayas.

Si ya en 1973 demostró ser un futurista, continúa con esa misma mentalidad y augura que todavía queda mucho camino por recorrer.

Para Cooper los teléfonos serán personalizados

De entrada, se distancia de los móviles actuales: «No me gustan mucho los ‘smarphones’. No creo que sean muy inteligentes», asegura.

Considera que los móviles hoy en día intentan dar demasiadas funciones a toda la población, sin customizar, y que lo ideal sería que supieran lo que quieres hacer y lo hicieran automáticamente, sin que tengas que buscar una aplicación.

Sobre el futuro que nos espera con los teléfonos móviles, augura: “Solo estamos en el principio” y vaticina que nos ayudarán a solucionar grandes problemas actuales.

Cree que aumentarán la eficiencia y la productividad y contribuirán así a «eliminar la pobreza».

En segundo lugar, contribuirán a la educación, ya que pondrán la información al alcance de todos. «Los maestros tendrán que enseñar cómo discriminar la información útil de la información errónea», dice ella.

Y, por último, considera que jugarán un papel «crucial» en materia sanitaria. “En el futuro, gracias a que el móvil es una extensión de la persona, te estará monitoreando todo el tiempo. Y cuando empieces a enfermar, antes que tú, tu móvil transmitirá esa información a un ordenador y se te avisará para que vayas a ver al médico o te cures, y no se va a dar la enfermedad”, asegura.

Aun así, Cooper admite que los teléfonos móviles también tienen sus inconvenientes. «El (falta de privacidad es el principal riesgo» de la tecnología actual, al que hay que añadir la adicción «a las pantallas», precisa, aunque cree que los aspectos positivos superan claramente a los negativos.

En la nueva revolución tecnológica que está por llegar, imagina un móvil personalizado, adaptado a las necesidades de quien lo utiliza y capaz de “anticiparse a lo que quieres” gracias a la inteligencia artificial.

Cooper, cuyo teléfono móvil está conectado a su audífono de forma inalámbrica, dice que el dispositivo del futuro debe adaptarse a la función que realiza ya las necesidades específicas de cada persona.

Para Cooper, lo ideal sería que el móvil estuviera incorporado en alguna parte del cuerpo

“Para mí, lo ideal sería que el teléfono estuviera incrustado debajo de la piel, debajo de la oreja. Con una computadora adentro. No necesitaría batería porque tu cuerpo ya sería una batería. alguien y decir ‘pon a Joe al teléfono’, la computadora haría (…) en lugar de tomar un trozo de plástico y colocarlo contra tu cabeza, manteniéndolo en una posición incómoda», dice.

«Pero también tendrás parches o cosas inventadas que medirán cosas en tu cuerpo», dice.

En la misma línea, augura un futuro con un móvil personalizadoadaptado a las características de cada uno, “porque el móvil estará buscando enfermedades que estén relacionadas con tu genética”, añade como continuación de esta historia futurista.

Y cuando el periodista pregunta si no puede ser…

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