abril 23, 2024

En el pueblo de Villanueva, en el departamento colombiano de Nariño, en la frontera con Ecuador, vive una mujer de apariencia «menuda», de baja estatura, piel morena y ojos delicados. Todos la llaman Anita y dedica sus días a exaltar el papel de la mujer indígena en la sociedad.

Quien mejor que una mujer como ella para hacerlo. Ana Lucía Yamá nació hace 37 años en el resguardo indígena Tatag y creció, como todas las demás niñas de su comunidad, bajo un modelo de educación patriarcal, en el que las mujeres solo se dedican a las tareas del hogar y la familia.

Esto no es culpa de los hombres. Ellos también han recibido siempre la misma educación.. Durante siglos nuestro sistema de crianza ha sido patriarcal y las mujeres han sido relegadas. No hay empoderamiento femenino y estamos limitadas a las actividades en casa”, dice Ana Lucía

Sin embargo, desde muy pequeña, Anita supo que había algo diferente en ella.

“Sentí que podía hacer más, (sabía) que quedarme en casa no era una opción. Siempre fui muy soñadora y quería ayudar a las mujeres de mi comunidad a salir adelante”, recuerda.

Ana Lucía Yama lleva años trabajando en defensa de las mujeres indígenas de su comunidad en Colombia.  A través del programa Valientes ayuda a otras mujeres en situación de vulnerabilidad.

estudiar para liderar

Impulsada por las ideas liberales de su abuela, Ana Lucía decidió estudiar y prepararse para algún día guiar a otros miembros de su comunidad hacia un modelo de sociedad más igualitario.

Ahora es una líder destacada en Villanueva. Todos en su comunidad la reconocen como la mujer indígena que tiende puentes y lazos solidarios con aquellas mujeres que son víctimas de delitos como discriminación, maltrato o abuso.

Durante años se subestimó el conocimiento de nuestros mayores. Su obra y su sabiduría no fueron reconocidas. Pero decidí que eso cambiaría y que ellos tendrían un rol mucho más activo dentro y fuera de la comunidad”, explica Ana Lucía.

Día y noche, Ana enfoca sus esfuerzos en dar una mano a las mujeres, no solo del municipio, sino de su región en general. Ha visibilizado sus historias a través de programas comunitarios de radio y televisión, ha impartido talleres para capacitarlas en las artes, ha dado charlas sobre sus derechos y deberes, y todo lo que se le ocurre para resaltar el poder femenino.

Mi vocación de vida es presentarles esos caminos alternos que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico y humanitario”, dice Ana Lucía Yamá.

Mi vocación de vida es presentarles esos caminos alternos que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico y humanitario”, dice Ana Lucía Yamá.

Un valiente»

Porque una cosa está clara: “Mi vocación de vida es presentar esos caminos alternativos que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico y humanitario”.

Fue precisamente su dedicación y convicción por el empoderamiento femenino lo que la llevó a ser parte del Programa Valientes de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y ONU Mujeres.

Su objetivo, el de Ana y el de las agencias de la ONU, es sensibilizar a la población sobre la situación que viven cientos de mujeres colombianas y venezolanasque tienen que salir de sus comunidades y hoy enfrentan una dura realidad como refugiados y migrantes.

“Mujeres colombianas y venezolanas nos unimos para transformar las realidades de nuestras comunidades. Si nos unimos y nos apoyamos, podemos avanzar económica y socialmente más fácilmente”, dice Ana.

La campaña se desarrolla en la calle, vistiendo camisetas que les recuerdan que son ‘Valientes’ y hablando con otras mujeres y también con hombres, sobre la importancia de reconocer el papel femenino en todos los ámbitos de la sociedad.

“Al principio, a los hombres de mi comunidad no les gustaba mucho. Les pareció raro que una mujer decidiera hablar de temas que para muchos están prohibidos. Tenía miedo de ser rechazada, pero con el tiempo todo ha ido mejorando y tanto hombres como mujeres están más receptivos a hablar. Definitivamente ayudar a sanar y ser un puente para mis mayores es un regalo divino”, señala.

Paradójicamente, aunque en su día a día siempre está rodeada de mujeres, en casa Ana Lucía solo comparte su día a día con hombres; es madre de tres jóvenes, uno de 18 años y un par de mellizos de 13.

“Sueño que algún día todas las mujeres, y en especial las indígenas, tengamos un espacio digno para trabajar y subsistir. Mi propósito de vida es ver mujeres empoderadas con una sonrisa en el corazón”, concluye.

programa valiente

El programa Valientes entrega información útil a mujeres de 12 ciudades del país, para que conozcan los centros de atención a los que pueden acudir, en caso de ser víctimas de violencia.

La iniciativa nació a raíz de la llegada de cientos de mujeres venezolanas al país, lo que ha representado desafíos específicos para ellas. Muchos han sufrido manifestaciones de xenofobia, estigmatización, violencia y explotación.

Valientes quiere que entiendan que, independientemente de su estatus migratorio, tienen derecho a la atención, protección y orientación.

Reportaje elaborado por Paola Rojas Camacho

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