abril 25, 2024

Minutos después se conoció la declaración de la Compañía de Jesús, en la que informó que la investigación de la Iglesia Católica estableció “la probabilidad de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete jóvenes y adolescentes”, a manos del sacerdote jesuita Felipe Berríosemitió un comunicado en el que descarta su participación en los hechos mencionados.

El sacerdote niega los hechos que le atribuye la investigación encargada por la Compañía de Jesús, así como cuestiona que este nuevo comunicado “no diferencia entre los cuatro denunciantes y los tres relatos de otras personas, y no explica la diferencia entre que un evento sea plausible y que realmente sucedió«, y que no se menciona que entre los testigos hay quienes afirmaron «nunca haber observado conducta impropia de mi parte».

«Durante este tiempo He podido conocer en detalle las cuatro denuncias y los tres relatos que finalmente se presentaron al investigador canónico, ninguno de los cuales ha sido llevado a la justicia.. Son las únicas denuncias que he recibido en 45 años como jesuita y después de trabajar con más de 15.000 jóvenes en colegios y otros tantos en diferentes organizaciones sociales”, recalca el religioso, quien también asegura que “salvo uno, no desconoce las historias de vida de los denunciantes».

“Pero después de conocer sus historias -continúa-, Puedo afirmar que no he cometido los actos de trascendencia sexual que describen. De hecho, la misma expresión ‘actos de significado sexual’ es muy compleja, ya que la gente imagina relaciones sexuales no consentidas y tales horrores. Aquí no hay nada de eso».

«La opinión pública debe saber que de lo que se me acusa es de conducta impropia, como lenguaje inapropiadohablan de temas que supuestamente no corresponderían a un cura y en algunos casos de abrazos y supuestos tocamientos de muslos y glúteos”, dice Berríos.

En todo caso, afirma queNunca me he aprovechado de mi posición como sacerdote.. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como ser tratado como ‘padre’ o vestir ropas opulentas. Todo ello, precisamente, para evitar posiciones dominantes”.

Ante lo anterior, reiteró su deseo de que este proceso “avance también en la Justicia ordinaria, porque allí podré enfrentar un juicio justo y transparente, de cara a la ciudadanía”.

Aunque ahora cuestiona la investigación bajo el amparo de la iglesia, cuando se conoció la primera denuncia, Berríos afirmó que estaba “a partir de ahora, a disposición de la Compañía (de Jesús) para esclarecer los hechos a la mayor brevedad. «

Además, su abogado -Julián López- aseguró que el proceso eclesiástico era «un procedimiento en el que nunca nadie sabrá de qué se acusaba a Felipe Berríos», justificando así su «autodenuncia» ante los tribunales civiles, que la defensa de las víctimas tildó de como «show», por no ser válido en ningún proceso penal por maltrato.

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