
Plataformas como Instagram, cuentan cada vez con más usuarios que dedican más tiempo a publicar y consumir contenidos con efectos, aunque aún inciertos, asociados a la depresión y afectaciones de autoestima y valor.
Según Statista, en Colombia hay alrededor 10,7 millones de usuarios en Instagram, siendo el cuarto país con mayor número de instagramers en América Latina; Además, el grupo de edad que más utiliza la plataforma se encuentra entre los 25 y los 34 años.
Por lo anterior, sin duda es un espacio donde muchos disfrutan compartir los mejores momentos de sus vidas, sin embargo, existe preocupación por los efectos psicológicos de subir fotos a Instagram.
Tengamos en cuenta que esta red social basa sus contenidos en lo visual, y que los usos de esta red son múltiples, por lo que es fundamental proteger la privacidad a la hora de subir fotos a Instagrampoder compartir sin miedo y disfrutar del contenido que publican otras personas.
En muchas ocasiones, las redes sociales pueden favorecer o potenciar problemas de salud mental en quienes las consumen. Las afectaciones pueden variar dependiendo del estado previo de la persona que está utilizando la aplicación, el propósito de la interacción y la forma en que se gestiona la retroalimentación a la misma.
Es decir, la edad y la madurez, junto con otros factores, determinarán la forma en que la persona recibe, interpreta y valora los comentarios u otro tipo de interacción que pueda tener lugar en la red, ya que está claro que somos en una exposición o sobreexposición que puede tener consecuencias.
¿Cómo proteger nuestra imagen al compartir fotos en Instagram?
Casi todas las plataformas, incluida Instagram, te permiten establecer diferentes niveles de privacidad. Incluso es posible seleccionar qué personas pueden ver determinadas publicaciones, excluyendo si quieres que las personas que nos siguen o las que seguimos. Asimismo, es posible bloquear a otros usuarios y reportar comportamientos inadecuados si es el caso.
Hay otras características y configuraciones en la configuración de estas aplicaciones que permiten un control estricto sobre lo que mostramos ya quién. Así como profesionales que trabajan detrás de las pantallas, para asegurar que el contenido que circula cumple con la normativa de las plataformas.
Hay que tener en cuenta que este tipo de recurso no puede ser utilizado por menores de edad, y que si se detecta este tipo de perfil se puede denunciar. Así, las redes sociales han recorrido un largo camino en materia de protección de datos y privacidad, proporcionando entornos mucho más seguros que en un principio.
¿Cómo solucionar la baja autoestima por culpa de internet?
Aunque la baja autoestima puede tener sus causas fuera de la red, es cierto que la exposición y el feedback descontrolado pueden agravar o empeorar los sentimientos respecto a la autoestima o el valor.
En ocasiones, se pueden despertar sentimientos de infravaloración o de carácter depresivo.
Por ello, es recomendable estar atento a aquellas personas que conocemos que pueden tener este tipo de problema.
Es importante el uso responsable de las redes sociales haciendo un consumo consciente y responsable, en muchas ocasiones los adolescentes y menores son considerados más vulnerables en cuanto al impacto que los factores externos pueden causar en su salud mental, por lo que si no lo hacen es posible cometer uso adecuado de la misma, es recomendable dejar de exponerse en redes y recuperar la autoestima.
Para ello, puede ser conveniente contar con ayuda psicológica, con el fin de establecer pautas y disponer de las herramientas que permitan el autocuidado y control en el uso.
Psicología en el mundo y generación digital
La psicología tiene que ver con el estudio del comportamiento, para lo cual debe conocer en profundidad el contexto actual, dentro y fuera de las plataformas, por ello, el estudio de la dependencia a las redes sociales también ocupa un lugar preponderante en esta disciplina, junto con otras adicciones.
Sabemos que la tendencia en los últimos años es que cada vez más personas utilizan las redes sociales y plataformas digitales, y dedican cada vez más tiempo a ellas.
Así, en el primer trimestre de 2022, el número de usuarios de redes sociales, en todo el mundo, fue de más de 4.600 millones. Sin embargo, existen diferencias en el consumo en función de variables como la edad, el sexo y la ubicación, y aun así el incremento y crecimiento es general.
Es evidente que en la sociedad actual, las plataformas digitales se han convertido en una parte importante de nuestra rutina diaria, y la psicología necesita tomar su consumo como parte de su evaluación. Al mismo tiempo, este tipo de cuestiones deben abordarse con moderación y sentido común siempre que sea posible.
Sí, tenemos que vigilar el uso que hacen las personas vulnerables de nuestro entorno, protegerles de contenidos que les perjudiquen y buscar ayuda profesional si pensamos que ese consumo no es el adecuado y está dañando su salud mental.
Aunque todo ello, sin privarles de la libertad que tienen como adultos.
Si son menores de edad, se deberá informar a quienes ejerzan su tutela.
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