
Fuera de ella, por la Casa Rosada pasaban todos los gobernadores peronistas, al menos para reclamar más remesas de la Nación a las provincias. Pero a Juan Schiaretti ni siquiera le interesó eso, sino que prefirió arreglárselas con «lo que tenía» y no quemarse acercándose al gobierno nacional en un momento que podría confundir fuertemente a su electorado.
Cabe señalar que 6 de cada 10 pesos que ingresan a Córdoba son por transferencias nacionales. Pero el riesgo de acercarse al gobierno nacional se evalúa como mayor.
Lo mismo se considera en el arco de oposición de Juntos por el Cambio. Que mejor momento para «aprovechar» que cuando el rival está en el suelo, cualquier desprevenido se preguntará.
Lejos de que esto suceda, la oposición nacional rechazó la «foto» del diálogo que el Gobierno nacional intentó tomar esta semana. «De que quieren hablar si no se hablan»dijeron desde Juntos por el Cambio, rechazando la oportunidad de ganar un poco pueden de hecho y comenzar a plantar bandera nuevamente en Casa Rosada.
Eso sí, el rechazo es inteligente ya que, como se sabe, la situación es muy difícil de resolver y el diálogo con el poder real no se daría en Casa de Gobierno, sino en un departamento y con la presencia del vicepresidente. Todo lo demás es «humo».
“En lo primero que tienen que ponerse de acuerdo es en ellos mismos. Luego buscan dialogar con otros sectores. Yo creo en el diálogo, pero hay una barrera en el medio. La obligación es de ellos. Póngale un torniquete a la crisis, porque la gente se está desangrando. Llevar rápidamente un plan económico al Congreso. Recortar el gasto estatal y también la política en todo. Acude con urgencia al Congreso, porque el reloj corre la hora del descuento. Acaban con el populismo sin dinero”, dijo mario nigri representando el arco opuesto. Eso, en 2019, fue diferente ya que la oposición sí estuvo cerca de tomar el poder, aunque en un contexto institucional mucho más tranquilo que el actual.
Siendo así, prácticamente nadie quiere quemarse con un gobierno nacional que siempre reacciona muy tarde (en la pandemia, en la economía y en la política lo demostró) y cuyos días están contados, al menos en su cabeza impotente, Presidente Alberto Fernández. Con falta de poder, pocos querrían sentir el calor en la piel en pos de alguna ganancia, y lo peor es que todo un país está detrás.
La contención del estallido social es lo único positivo en momentos de exclusiva incertidumbre. La pregunta que surge a partir de ahora es, ¿hasta cuándo?
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Corresponsal de Argentina, Encargado de seleccionar las noticias más relevantes de su interés a nuestro sitio web Titulares de Noticias.