El Movimiento por la Integración y Liberación Homosexual (Movilh) denunció este lunes el crimen del chef y docente Jaime Vergara, quien fue asesinado el viernes pasado luego de tener una cita con un joven de 18 años a quien conoció a través de la aplicación Grindr.
Según detalló el Movilh, luego de conocer al chef a través de la aplicación, el sospechoso viajó en un taxi colectivo hasta la casa de la víctima, ubicada en el condominio Altos de Merced, en Quillota.
Según detalló el propio imputado, le propinó varias heridas cortantes al chef porque le habría propuesto tener relaciones sexuales con él. Después, el victimario señaló que no era homosexual, procediendo a lastimar a la víctima y escribir en su cuerpo con un rotulador el insulto “maraco”.
El fiscal del caso César Astudilloprecisó que después del crimen, el agresor se duchó en el baño del apartamento, limpió el lugar, se cambió de ropa y robó algunas pertenencias de la víctima para que el ataque parezca un ataque motivado por robo.
RECOMENDACIONES DE USO DE GRINDR
El encargado de Derechos Humanos de Movilh, Ramón Gómezexpresó «nuestra solidaridad con todos los seres queridos del chef, un nueva víctima de un crimen homófobo. El autor confesó, agredió y asesinó a la víctima por su orientación sexual y, como si fuera poco, escribió palabras homofóbicas en su cuerpo».
“Este delito inhumano merece toda la sanción social y legal. Alentamos a la Fiscalía a solicitar que se aplique al victimario la agravante contemplada en la Ley Zamudio, ya que se trata de un delito de odio”, remarcó Gómez.
El dirigente agregó que “una vez más animamos a las personas LGBTIQA+ que contactan a terceros a través de aplicaciones de citas a tomar medidas preventivas para su seguridad. Homo/transfóbicos y delincuentes han visto en estas aplicaciones un medio para cometer sus abusos«.
En ese sentido, Gómez recomendó «concertar citas en lugares públicosque un conocido sepa del encuentro, no subirse a autos de extraños, tener el celular cargado, prestar atención a corazonadas, no revelar rutinas y nunca citar domicilios.
