
Hacia rey felipe Una profunda preocupación lo invade. Un hecho que, muchas veces, lo revela. No lo deja solo. Es una pesadilla, un estigma; una maldición que quiere romper cuanto antes. Y el tiempo se está acabando. Tienes hasta este fin de semana o tendrás que esperar otro año.
La Copa del Rey MAPFRE de vela entra este jueves en su etapa final. Tras una soberbia salida de Don Felipe a bordo del años 500 de la Armada Española, tras recuperarse de la octava posición y acabar la jornada en segunda posición, ahora el Monarch y su tripulación han descendido a la octava posición en la clasificación.
Paisaje complicado para rey felipe y su equipo, al que se incorporó el pasado sábado nada más llegar a Mallorca y al que solo le falló este pasado martes, con motivo del despacho de verano con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ha tenido poco tiempo para prepararse, pero el mar forma parte de su sangre y, se supone, no debe exigir mayores dificultades.
Sin embargo, como mencionamos al principio de este artículo, existe un estigma que persigue a Don Felipe. El caso es que, con el actual barco, el Soberano nunca podría ganar la Copa del Rey. Y, de hecho, en 2008, el año en que no lo tuvo a bordo, fue la única vez que Aifós ganó el título.
Una verdadera maldición que, de momento, como le van las cosas rey felipe y compañía, podría continuar este año también, salvo un verdadero milagro.

Este jueves, la Copa del Rey MAPFRE a vela “arranca de nuevo”. Es que, en la segunda etapa del torneo, se restablecen los puntos obtenidos en la primera y solo se mantienen las posiciones obtenidas. Don Felipe, entonces, tendrá cinco oportunidades hasta el sábado para romper la maldición. Cinco carreras hacia la gloria que debe aprovechar al máximo.
No habrá obstáculos que impidan la rey felipe A por la victoria con todo lo que tengas, ya que lo único en la agenda es la recepción en el Palacio de Marivent para los miembros de la sociedad balear, por la noche, y la entrega de trofeos a los ganadores del concurso el sábado. Y el Monarca espera no ser quien dé los premios, sino quien los reciba.