“es inmoral que las compañías de petróleo y gas obtengan ganancias récord de esta crisis energética a expensas de las personas y comunidades más pobres y con un costo enorme para el clima”, dijo el miércoles el Secretario General de las Naciones Unidas.
En la rueda de prensa de presentación del tercer informe del Grupo de Respuesta a Crisis de la ONU sobre el impacto global de la guerra en Ucrania, António Guterres recordó que los beneficios combinados de las mayores empresas energéticas alcanzaron cerca de 100.000 millones de dólares en el primer trimestre de este año y consideró que debería haber un impuesto sobre dichas utilidades.
“Insto a todos los gobiernos a gravar estos beneficios excesivos y utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles”, dijo.
Guterres fue enfático al afirmar que “esta codicia grotesca está castigando a los más pobres y vulnerables, mientras se destruye nuestra única casa común, el planeta”, por lo que llamó a la población a enviar un mensaje claro a la industria de los combustibles fósiles y sus financistas, reduciendo la demanda de hidrocarburos para obligarlos a invertir en energías limpias.
ONU/Mark Garten
El secretario general António Guterres habla con la prensa en la sede de la ONU en Nueva York. (foto de archivo)
“Impuesto popular, te lo garantizo”
Consultado sobre la popularidad que tendría ese tipo de impuesto, Guterres respondió: “nada sería más popular que gravar las ganancias excesivas de las empresas de petróleo y gas y distribuir ese dinero a las familias más vulnerables. No veo ningún problema de popularidad en esto, habría un problema de cabildeo y el cabildeo es muy poderoso cuando se definen políticas, sabemos que eso pasa y que no vale mucho la pena. Pero en cuanto a la popularidad, les garantizo que sería extremadamente popular”.
«La verdad es que hemos visto ganancias excesivas e indignantes en la industria del petróleo y el gas en un momento en que todos estamos perdiendo dinero… todos estamos viendo disminuidos nuestros ingresos y de repente tenemos un pequeño grupo que ha contribuido enormemente al cambio climático y se está beneficiando de esta situación. Lo que estamos diciendo es que estas ganancias desmesuradas deben pagar impuestos y que el dinero obtenido con este impuesto debe ser puesto a disposición de los más vulnerables y golpeados precisamente por los altos precios que benefician a un número muy limitado de empresas en el mundo. «, preciso.
Tras presentar esta primera de las cuatro recomendaciones contenidas en el informe del Grupo de Respuesta, el titular de la ONU planteó la segunda: que todos los países, especialmente los desarrollados, deberían gestionar la demanda de energía. «La conservación de energía, la promoción del transporte público y las soluciones basadas en la naturaleza son esenciales para esto», dijo.
© PMA
Sri Lanka se enfrenta a una increíble escasez de combustible a medida que la nación se ve sacudida por la agitación económica.
acelerar la transición
Una tercera recomendación fue acelerar la transición a las energías renovables, que en la mayoría de los casos son más baratos que los combustibles fósiles.
En este punto, insistió en que las tecnologías de almacenamiento, incluidas las baterías, deberían convertirse en bienes públicos.
Los gobiernos deben expandir y diversificar las cadenas de suministro de materias primas y tecnologías de energía renovable, así como reducir la burocracia en torno a la transición energética y cambiar los subsidios a los combustibles fósiles para apoyar a los hogares vulnerables y potenciar las inversiones en energías renovables, explicó.
Guterres también abogó por brindar ayuda a las personas, comunidades y sectores más afectados, con planes de protección social y alternativas de trabajo y medios de subsistencia.
financiación a gran escala
La cuarta recomendación se refiere a aumentar la financiación privada y multilateral a gran escala para la transición a la energía verde.
Recordó que las inversiones en energías renovables deben multiplicar por siete para cumplir con la meta de cero emisiones netas de carbono, para lo cual instó a los bancos multilaterales de desarrollo a asumir más riesgos para ayudar a los países a desarrollar marcos regulatorios adecuados y modernizar sus redes eléctricas.
«Insto a los accionistas de estos bancos a ejercer sus derechos asegurándose de que sean aptos para ese fin», agregó.
Antes de finalizar su presentación, Guterres reiteró que todos los países tienen un papel en la crisis energética y que todos estén atentos a lo que hacen los demás.
“No hay lugar para la hipocresía.. Los países en desarrollo no carecen de motivos para invertir en energías renovables. Muchos de ellos están viviendo con los severos impactos de la crisis climática (…) Lo que les falta son opciones concretas y viables”, señaló.
En tanto, agregó, los países industrializados instan a estas naciones a invertir en energías renovables sin proporcionar suficiente apoyo social, técnico o financiero.
El Secretario General lamentó que algunos países desarrollados estén otorgando subsidios universales a las gasolineras, mientras que otros reapertura de plantas de carbón.
«Justificar tales medidas, incluso de manera temporal, es difícil», dijo, y agregó que, si se hace, debe ser por un tiempo limitado y con el fin de aliviar a la población más pobre y vulnerable, sin descuidar la pronta transición a las energías renovables.
unsplash
Cambiar a energía renovable podría evitar de cuatro a siete millones de muertes por contaminación del aire cada año en todo el mundo.
Transferencia tecnológica
En la divulgación del informe también participó la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quien desde Ginebra unió su voz a la de António Guterres para expresar la necesidad de que las empresas energéticas paguen impuestos por las utilidades obtenidas durante la crisis. a beneficiar a la población más necesitada.
Asimismo, Rebeca Grynspan destacó que es imperativo «aumentar la financiación y Transferencia tecnológica hacia los países en desarrollo y hacia los que más energía carecen en el mundo”.
Más gente hambrienta
El tercer informe del Grupo de Respuesta advierte que el mundo atraviesa una crisis alimentaria, energética y financiera mundial en la que incluso 345 millones de personas de 82 países tendrá inseguridad alimentaria aguda a finales de 2022.
Asimismo, destaca que uno de los efectos de esta conflagración será que 47 millones más de personas se suman a las filas del hambre.
