abril 25, 2024

“Ante una campaña de soja 2022/23 con rendimientos por hectárea muy bajos, del total de dólares que ingresarán al país por el cultivo, el 60% se queda con el Estado”, esa es la conclusión a la que llegó el Agr. Ingeniero. Néstor Roulet, tras realizar un trabajo minucioso que pone sobre la mesa la voracidad oficial.

Para hacer el cálculo correctamente, vamos a dividir el cultivo de soja en 2 grupos que realizan la siembra de soja, el primero en un campo arrendado, donde un productor alquila al dueño del campo en quintales fijos (van de 6 a 18 qq/ha dependiendo de la zona) y realiza toda la inversión productiva para luego obtener el resultado. Esto representa el 60% del área cultivada de soja en el país.

Lo que hay que aclarar en este caso, que el productor que arrienda paga sus impuestos (Retenciones, Ganancias, por cheque, ingresos brutos, timbrados) los cuales sumados a los pagados por el dueño del campo (Cuadro 1) y el dueño del campo (Utilidad, Bienes Personales, Impuesto Territorial, Municipal, timbre, Renta Bruta, por cheque) genera una extracción muy grande de esa hectárea cultivada con soja.

El otro sistema de siembra es el que realiza el dueño del campo, invirtiendo él mismo los costos directos e indirectos y pagando todos los impuestos (retenciones, cheque, ganancias, bienes muebles, terrenos, impuesto municipal, ingresos brutos). En este caso, dentro de los costos habría que agregar el “costo de oportunidad del terreno” (3% del valor del terreno) que no se tuvo en cuenta en este estudio pero que sin duda es una pérdida importante.

campo alquilado

Este cálculo se basa en un campo alquilado con un rendimiento medio de 20 qq/ha (media estimada en esta campaña) con parámetros de distancias a puerto y valor medio de alquiler. (Tabla 1)

El resultado final es que el Estado se queda con casi el 65% de los dólares que ingresan por una hectárea de soja mientras que el productor que invierte, alquila un campo y siembra pierde el 32% de su inversión. (Tabla 2)

campo propio

En esta la situación del productor que no alquila e invierte sembrando su propio campo. El análisis no tuvo en cuenta el costo de oportunidad del suelo (Cuadro 3)

El productor invirtió US$558,87/ha en su campo, de los cuales recuperó US$525,29/ha, teniendo una pérdida de US$33,48/ha (Cuadro 4). Esto sin contar el costo de oportunidad del terreno (podría haber sido arrendado y hubiera obtenido US$176,36/ha, como muestra el análisis anterior).

Todo el pais

Con base en el postulado anterior, teniendo en cuenta las 2 modalidades de producción, podemos calcular cuánto del total de ingresos en dólares por el cultivo de soja le queda a cada uno de los actores.

Primero calcularemos el ingreso de dólares para la cosecha de la campaña 2002/23, para ello hay que tener en cuenta que de los 17,4 millones de hectáreas sembradas, alrededor de 2,5 millones de hectáreas no serán cosechadas, de lo que quedarían 14,9 millones de hectáreas de soja. a cosechar (Cuadro 5). Suponiendo una media en el país de 20 qq/ha (seguramente y por esta última ola de calor será mucho menor), la producción de soja rondaría los 29,8 millones de toneladas.

Un elenco mixto

La pregunta es cómo se distribuyen esos U$S 16.390.000.000 que ingresarían al país por el cultivo de soja en el año 2023. La respuesta teniendo en cuenta las dos modalidades de siembra (Productor que alquila el campo y productor que siembra en el campo propio) y la participación de los actores, el resultado final sería con una recaudación del Estado cercana al 60% de los ingresos de dólares, mientras que el productor que sembró (en campo alquilado y propio) tiene una pérdida importante del capital invertido.


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