abril 24, 2024

En 2023, el consumo refleja el cansancio de la inflación, la acentuación de la informalidad y el caos de precios con disparidades muy marcadas según zona, rubro y tienda. Buscando proteger su poder adquisitivo corroído, los consumidores reordenan sus preferencias y hábitos, mientras intentan defender sus estilos de vida y sus sueños, aunque parezca una utopía.

Tras la aceleración inflacionaria de 2022, la sequía presagiaba un año más duro que ya se hace sentir, pese a la expectativa de un alivio temporal por la proximidad de las elecciones presidenciales. el clasico yoinyección de fondos para estimular el gasto preelectoral Está esperando, mientras la administración asegura que, entre multas y Precios Justos, los precios no sigan la espiral inflacionaria que no amaina. Y los consumidores se defienden como pueden.

Acercándose a mediados de año, el consumo ofrece un panorama mixto. El la construcción muestra desaceleración y reducción paulatina de márgenes en un mercado con menor demanda, que busca precios. El refugio de ladrillos es para los pocos que logran acumular algunos ahorros.

El electrodomésticosayudado por los planes ‘Ahora’, mostrar cierta firmeza como protección del valor contra la inflación, en un rubro con un desembolso accesible. El razonamiento es: “El horno hace tiempo que falla, lo compro antes de que siga subiendo y termino pagando la mitad a plazos”.

Algo similar ocurre en el sector de la automoción, que sustenta las ventas gracias a la restricción de importaciones, ya valores convenientes para quienes aún tienen algunos ahorros en divisas, o pueden armar un saldo que no alcanza para una inversión mayor. La prioridad es defender el valor antes de que se deteriore por sí solo.

Del otro lado del mostrador, aparecen dificultades a la hora del abastecimiento: perfumerías, ferreterías, construcción, electricidad y confección expresaron dificultades al respecto, según un estudio realizado entre medianas empresas por VINO.

En productos de primera necesidad se comprueba el paso a segundas marcas

En productos de primera necesidad se comprueba el paso de compradores a segundas marcas

Pero las disparidades se avecinan en gran medida en la indumentaria, donde los valores de las marcas de alta moda reflejan el mercado cerrado, y los precios de segundo nivel y de reunión informal muestran brechas sorprendentes de hasta 20 veces, lo que refleja una demanda débil de plata. Así, en abril, el sector sufrió una caída del -10,3% según la CAME.

El consumo masivo muestra una ligera caída anual, pero hay que moverse según canales y zonas. En farmacias, hubo una disminución en las compras de impulso de productos complementarios que se tomaban en el local. Los consumidores se vuelven más racionales.

de acuerdo a Informe Scentiaen el AMBA la caída de abril fue de -4,5%, pero los Precios Justos protegen a las cadenas, mientras que las tiendas de autoservicio muestran una caída interanual de 8,7%.

La hora de las segundas marcas

Casi todos los rubros -excepto bebidas no alcohólicas- muestran penalizaciones, acentuadas en limpieza, higiene y cosmética por encima del -10%. Aclaremos, no es que limpie menos, pero Se utilizan segundas marcas o marcas propias.un destino largamente anunciado, que algún mayorista y una cadena de descuento supieron explotar inteligentemente, y que ahora es un lugar común en los canales.

Décadas más tarde, la marca privada, extendida en los mercados avanzados, viene en ayuda de los bolsillos delgados y los consumidores se sienten inteligentes para encontrar una salida aceptable del caos de precios.

Pero aquí termina la similitud con los primeros mercados. Allácontra la inflación, gasto de contrato de los hogares.

A diferencia de lo que sucede en los mercados de los países desarrollados, aquí los consumidores no se retiran en un momento de inflación, sino que exacerban el gasto

A diferencia de lo que sucede en los mercados de los países desarrollados, aquí los consumidores no se retiran en época de inflación, sino que gastan en rubros como recreación

Aquí en cambio, dada la incertidumbre del futuro, la ausencia total de crédito y la imposibilidad de ahorrar, los que todavía pueden disfrutar y gastar en el presente. Restaurantes, espectáculos, reuniones de amigos, para sostener ese espíritu de camaradería que nos caracteriza, y en algún lugar la esperanza de que el país retome el camino que alguna vez pareció posible.

Los recursos siguen ahí, faltan las políticas que promuevan las coincidencias y el progreso, y que devuelvan la previsibilidad para poder vivir mejor en esta tierra tan rica como sorprendente.


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